Madrid, 23 de mayo. Un día después de que su formación arrasó en los comicios municipales y autonómicos, Mariano Rajoy, presidente del conservador Partido Popular, exigió adelantar las elecciones generales, mientras el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se prepara para encontrar, en primarias, al sustituto del jefe de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

El PSOE sufrió la peor derrota de su historia con más de 2 millones de votos de diferencia con el PP y, sobre todo, la pérdida de su poder autonómico.

De las 13 comunidades (estados) en disputa, únicamente tiene opciones de mantener Extremadura, pero gracias a un pacto poselectoral con Izquierda Unida (IU), aunque ahí también, como en el resto del país, la formación más votada fue el PP.

De confirmarse este acuerdo, el mapa autonómico quedaría de la siguiente manera: el PP gobernará Galicia, Cantabria, islas Canarias, islas Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Valencia, Madrid, Murcia y la Rioja.

El PSOE mantendría Andalucía y el País Vasco (que no eligieron parlamento regional el domingo), y Extremadura, de consumarse el acuerdo con IU. Mientras, Cataluña sería la única autonomía gobernada por una formación nacionalista, Convergencia i Unió.

La caída fue tan estrepitosa que el vicesecretario de organización, José Blanco, adelantó los pasos que se llevarán a cabo para el proceso de las elecciones primarias, con el fin de sepultar lo antes posible la herencia dejada por Rodríguez Zapatero, muy desgastado por su gestión de la crisis, el aumento del desempleo y la derechización de sus políticas públicas.

No hay que confundir la convocatoria de primarias, que hay que hacerla porque no hay otra forma de elegir a los candidatos, explicó Blanco, quien confirmó la celebración de un congreso extraordinario en el que algunos dirigentes ya sugieren no sólo la elección de un candidato, sino la refundación ideológica del partido.

Entre los candidatos a suceder a Rodríguez Zapatero están el actual vicepresidente primero del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la titular de Defensa, Carme Chacón.

Desde las filas conservadoras se mostró un mismo rostro de satisfacción y alegría tras los resultados, pero también exigieron al gobierno el adelanto electoral ante unos comicios que a su juicio confirman la decisión de la sociedad española de confiar en el PP para sacar a este país de la peor crisis económica y social de su historia.

De hecho, el líder y candidato conservador, Mariano Rajoy, adelantó que su intención es pactar con cualquiera, excepto con Bildu, en cuestiones municipales y estatales, con lo que también se abre la posibilidad de una moción de censura que el PP podría sacar adelante si logra los apoyos de otras formaciones parlamentarias.

El coordinador de IU, Cayo Laro, se mostró orgulloso del ligero aumento de su formación (200 mil votos más), pero criticó al gobierno socialista, al que responsabilizó del dominio absoluto del azul en el territorio.

“Ya advertimos que si Rodríguez Zapatero continuaba con sus políticas neoliberales, nos iba a traer de la mano al PP y nos iba a poner a España de azul. Desgraciadamente, nuestro pronóstico, en este sentido, ocurrió.”

Otra consecuencia de los comicios fue la dimisión en bloque de la ejecutiva de Esquerra República de Cataluña (ERC), que perdió más de 80 mil votantes y pasó a ser la cuarta posición.

También fue llamativo el ascenso de formaciones de la derecha, que en conjunto sumaron más de 120 mil votos.

El caso más representativo es el de Plataforma per Cataluña (PxC), que sólo se presentó en la región de Cataluña y logró más de 65 mil votos. Esta cifra le permitirá tener 67 concejales en pueblos como Vic, donde PxC se convirtió en la cuarta fuerza.

Pero además ha extendido su influencia en localidades de alta concentración obrera, como L’Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad catalana más poblada.

El aumento de votos de la derecha se concentró sobre todo en Madrid y Valencia, donde Falange Española de las Jons (FE) y Alternativa Española (AES) sumaron más de 12 mil votos, a lo que hay que sumar otros partidos como España 2000 o Democracia Nacional, que obtuvieron más de 20 mil votos con un discurso que sostiene: Somos un grupo de patriotas españoles que queremos devolver la ciudad a los españoles. Éstos se han visto acorralados por la inmigración, según su ideario.