Rodríguez Zapatero admite derrota del PSOE y dice que no habrá comicios anticipados
Triunfa la derecha con 37.57 de la votación
Rajoy celebra el mejor resultado en la historia
Lunes 23 de mayo de 2011, p. 25
Madrid, 22 de mayo. El derechista Partido Popular (PP) logró una aplastante victoria en las elecciones municipales y autonómicas celebradas este domingo en España, al obtener ocho millones 400 mil sufragios, lo que representa 37.57 por ciento de la votación, y lo ubica diez puntos por encima de su principal adversario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Los conservadores arrebataron a los socialistas cinco comunidades autónomas: Aragón, Castilla La-Mancha, Extremadura, Islas Baleares y Cantabria. El PP también arrasó y tomó el control de ciudades estratégicas como Sevilla y Zaragoza.
La participación rondó 66.22 por ciento; el voto nulo y la abstención fue de 4 por ciento (880 ciudadanos), lo que indica un ligero incremento respecto de los comicios de 2007.
El mapa municipal y autonómico español estará teñido de azul, el color que se identifica con las siglas del PP. Esta formación conservadora, que sufrió un desgaste importante tras los ocho años en el poder de José María Aznar, ganó en los parlamentos regionales de 10 de las 13 comunidades en disputa: Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia, La Rioja, Cantabria, Comunidad Valenciana, Castilla y León, las islas Baleares y las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla.
Los socialistas, que no consiguieron ninguna autonomía, sólo aspiran a gobernar en Extremadura, con la ayuda de IU. Los gobiernos regionales de Aragón y las islas Canarias dependerán de los pactos que puedan alcanzarse.
En total el PP gobernará en 13 de las 17 comunidades de España, con excepción de Cataluña (Convergencia i Unió), el País Vasco (PSOE) y Andalucía (PSOE), que no eligieron parlamento regional en estos comicios.
Se trata de la peor derrota de los socialistas en elecciones municipales desde que España retornó a la democracia tras la dictadura de Francisco Franco (1939-1975). Hoy el electorado cobró factura al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por el aumento desmedido del paro hasta el cobro de cuotas históricas de 23 por ciento a la población activa, cuatro millones 300 mil personas, y la aprobación de un durísimo plan de ajuste derivado de la crisis financiera que supuso la pérdida de derechos sociales y el debilitamiento del Estado de bienestar.
Rodríguez Zapatero compareció en la sede de su partido y, tras reconocer la victoria de su principal adversario, explicó las razones de una derrota histórica: Entiendo que estos resultados tienen una clarísima relación con la crisis económica que vivimos desde hace tres años, con la desaparición de dos millones de puestos de trabajo. Es una crisis que tiene muchos efectos en el estado de ánimo de los trabajadores, que hoy han expresado su malestar. Por ello era de esperar que el PSOE recibiera un castigo en las urnas. No ha sido fácil explicar las razones y los orígenes de la crisis
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También reiteró que cumplirá su mandato y que su intención es agotar la legislatura, que finaliza en marzo de 2012, al descartar llamar a elecciones anticipadas, y dijo que continuará la actual legislatura buscando alianzas con partidos pequeños.
A su vez, Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, agradeció a los votantes la victoria. Hoy es un día muy hermoso para nuestro partido. Hemos conseguido el mejor resultado de la historia en unas elecciones municipales y autonómicas
, expresó desde el balcón de la sede del PP en Madrid, ante miles de simpatizantes.
En la oficina central del PP hubo música, fiesta y miles de personas eufóricas por lo que consideran la antesala de la vuelta definitiva al poder, al concentrarse en esta formación la mayoría del control de las autonomías, su hegemonía en las principales capitales de provincia de casi todo el territorio de España y la formación con el mayor número de concejales: 25 mil 565, casi cuatro mil más que los socialistas.
En número de sufragios también el PP aplastó a los socialistas, superándolos en casi dos millones de votos, lo que supone la mayor derrota en la historia de la joven democracia española en unos comicios municipales. El único antecedente parecido fue en los comicios de 1995, en los que el PP superó al PSOE por cinco puntos porcentuales, la mitad de lo conseguido hoy en las urnas.
Los conservadores no sólo fortalecieron las plazas que ya gobernaban, sino que en la mayoría de las ciudades, pueblos y autonomías en las que gobernarán lo harán con mayoría absoluta. A pesar de que en los últimos años han estallado diversas tramas de corrupción política, sobre todo en Madrid, Valencia y las islas Baleares, con destacados dirigentes del PP implicados e imputados en los procesos, la formación política logró resultados históricos. Así ocurrió en Valencia, donde uno de los dirigentes españoles más controvertidos por su presunta corrupción, Francisco Camps, revalidó la mayoría absoluta. O el caso de Madrid, donde refrenda la plaza Esperanza Aguirre, quien tenía en su equipo más cercano de gobierno a diputados y consejeros imputados y procesados por la trama de corrupción Gürtel.
Otro punto importante de la jornada electoral fue Barcelona, gobernada desde hace 32 años por el PSOE, que a partir de ahora será presidida por un alcalde de Convergencia i Unió (CiU, nacionalistas moderados), que se convirtió en la tercera fuerza de España en número de concejales, con tres mil 850; Izquierda Unida (IU), con un millón 300 mil votos, logró dos mil 183 concejales.
Los únicos gobiernos autonómicos que dependerán de los pactos poselectorales son Aragón y Asturias, esta última la única región que castigó severamente al PP, pero en favor de un nuevo partido fundado por un ex dirigente de los conservadores, Francisco Álvarez Cascos, ex vicepresidente del gobierno durante la época de Aznar y que se convierte en la formación más votada de la región. El partido FAC logró 16 escaños, y el PP 10, frente a los 16 del PSOE y los cuatro de Izquierda Unida. En Aragón el PP obtuvo su mejor resultado, con 30 escaños, pero se queda a cuatro de la mayoría absoluta, así que deberá pactar para formar gobierno, posiblemente con el Partido Aragonesista, que obtuvo siete curules.
Un último dato preocupante es el ascenso de varios partidos de extrema derecha y xenófobos, como Plataforma per Catalunya, del radical Josep Anglada, que tendrá derecho a ocupar 67 concejalías para seguir propagando su mensaje contra la inmigración y la presencia de extranjeros en el país, sobre todo los de origen árabe.