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Es una obra tremenda: Juan Villoro; concluye el 29 de mayo

Los niños perdidos, de Esteban Castellanos, cumplió 500 funciones
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de mayo de 2011, p. 5

Un pinche chamaco en escena que en realidad son tres; un actor que interpreta con acierto a más de una quincena de personajes; recursos escenográficos y de vestuario mínimos utilizados al máximo, gracias a la magia del teatro; un cuento que ha ampliado sus cualidades en la dramaturgia, y un público que sale impresionado y desgarrado, pero atemperado por el humor negro, como lo destacaron el escritor Juan Villoro y el actor Joaquín Cosío.

Tal es la síntesis del monólogo Los niños perdidos, basado en el cuento A los pinches chamacos, de Francisco Hinojosa, dirigido y actuado por Esteban Castellanos y que este sábado cumplió 500 representaciones en varios países de América y diversas ciudades del país, desde 2003 a la fecha.

Por ello, luego de la función fue develada una placa en el teatro El Milagro –donde concluirá una temporada de dos meses el domingo 29 de mayo–, en una ceremonia en la que participaron como padrinos de lujo Hinojosa, Castellanos, Villoro, Cosío y Carmen Luna, además de integrantes de la compañía El Fénix Producciones y del propio espacio cultural, como Gabriel Pascal.

Soy un pinche chamaco. Lo sé porque todos lo saben, dice el protagonista, y todo el mundo de violencia, desintegración social y dolor que aqueja al país se viene encima en forma de travesía física por la ciudad de México –que puede ser cualquier urbe del mundo–, pero también, y sobre todo, un recorrido por el alma de los niños, en un complejo vaivén entre inocencia y maldad.

Contrastado de manera acertada con la dulzura esperanzada de la música de Cri-Cri, el drama fluye con rapidez y pronto los niños (Rodrigo, Mariana y yo) pasan de la dimensión lúdica de los juegos infantiles al juego de ruleta rusa en que los convierte la opresiva situación familiar y social en la que sobreviven.

En su periplo, desatado cuando deciden escapar, y pasar así de la agresión doméstica a la agresión callejera, se interrelacionarán con diversos personajes, quienes una y otra vez serán el reflejo descompuesto en que ellos mismos se están transformando. Un espejo de delincuencia, desvalores, violencia, desamparo, egoísmo, indiferencia, soledad, falta de marcos de referencia, de proyecto personal, social, nacional, humano.

La puesta en escena ha crecido con el paso del tiempo, dijo Hinojosa, mientras Luna destacó el trabajo maravilloso de todos los jóvenes integrantes de la compañía El Fénix.

Villoro se confesó impresionadísimo con la actuación de Castellanos y su transformación alternada y recurrente en uno y muchos personajes. Es una obra tremenda, agregó.

Tras evocar que a Hinojosa lo conoce desde que eran unos pinches chamacos, Villoro recordó que según algunas sectas religiosas este sábado debió acabar el mundo.

No hubo tal, señaló, pero el juicio final se muestra en esta obra que tiene mucho que ver con nuestro país. Afuera continúa la realidad, abundó, que no es perfecta, porque Felipe Calderón sigue siendo el presidente.

Cosío, ya también conocido como El Cochiloco, su entrañable personaje de El infierno, resaltó la calidad de este esfuerzo independiente y tan sencillo, tan desgarrador y tan teatral.