Recuperar el estilo mestizo de David Alfaro Siqueiros es el eje de Siqueiros: del paraíso a la utopía (2004 y 2010), libro de Irene Herner, catedrática e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El tomo, reditado a iniciativa de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, con apoyo de la Cámara de Diputados, el Senado, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Miguel Ángel Porrúa y y de la UNAM, se presentó el pasado jueves. Asimismo, se imprimió una edición en inglés.

Mestizo, ya que la pintura del muralista es un mestizaje entre ésta y los medios masivos de comunicación, explica Herner, y continúa: “mestizo desde su estilo monumental de los primeros tiempos, hasta este nuevo mestizaje que hace cuando va a Estados Unidos e integra la estética de la máquina, en especial, el lenguaje del cine, a su pintura. En realidad es el primer artista que hace cine pintado. Es decir, pinta murales que incluyen el lenguaje del cine para que el espectador, en la medida de su movimiento, encienda el switch del movimiento de los murales.

En los de Siqueiros no te puedes quedar quieto, porque se te vienen encima. Tienes que caminar frente a ellos y la imagen se va moviendo, porque es cine pintado, la diferencia es que la pantalla se conecta a un proyector eléctrico, mientras los muros son una superficie activa, como él los llamó.

Para la investigadora, la forma en que se muestra la obra de Siqueiros en el libro es inédita.

(La presente redición está corregida y aumentada, sobre todo respecto de las ilustraciones que están a todo color y amplísimas.) Por ejemplo, nunca se había mostrado el mural del Polyforum como el techo, que es una mujer desnuda, es una vulva de la que surge todo lo demás.

Herner lleva muchos años estudianado la obra de Siqueiros, artista al que siempre vuelve: “Siqueiros es un revolucionario de la pintura, porque desde principios de los años 30 del siglo XX, incluso desde antes, plantea la necesidad de pensar que los significantes del arte no necesariamente son los de siempre: caballete, pinceles, pintura... sino que la pintura está hecha para reproducirse de manera mecánica, es decir, para ser fotografiada y filmada para que vaya más allá del lugar donde la pintó. Esto lo plantea desde el principio, cuando en 1925 Puig Casauranc, el entonces nuevo secretario de Educación Pública, avisa a los pintores que ya no hagan esta obra subversiva en los muros. Siqueiros responde: ‘vamos a hacer pintura subversiva en El Machete’, revista ilustrada que de por sí ya es una innovación, porque plantea qué son los murales móviles”.

–Siqueiros a veces resulta un artista incómodo. ¿Lo están redescubriendo?

–En Estados Unidos es un hit. En Los Ángeles, por ejemplo, 2010 fue nombrado el Año Siqueiros, y en el Museo del Oeste Americano, en el Centro Autrey, se montó la exposición Siqueiros: censura desafiada, sobre los murales que le censuraron en esa ciudad (1932), en especial La América tropical oprimida, cuyo motivo fueron las deportaciones y el maltrato a los trabajadores mexicanos; también es inspiración del arte público chicano. El Museo de Arte Latinoamericano (Molaa) exhibió Siqueiros paisajista, muestra organizada junto con el Museo de Arte Carrillo Gil, la cual itinerará allí en mayo.

Conexión con Disney y Pollock

“Para hacer los murales Siqueiros se conectó con muchas personas del cine, específicamente de los estudios Disney. El propio Walt Disney llevaba a su personal a tomar clases en el Instituto Chouinard, donde impartía Siqueiros. También en Nueva York era reconocido. Durante mucho tiempo se decía que Jackson Pollock era un genio por sí mismo y que no estaba endeudado con nadie. Ahora se reconoce totalmente su deuda con Siqueiros.

“En México, la gran incomodidad fue más política que artística. Creo que artísticamente se le ha reconocido poco porque se le ha visto más con ojos estalinistas, con ojos de ‘qué raro es ese pintor’. Nunca se ha analizado que él adaptó el lenguaje de los medios masivos de comunicación para integrarlo a su pintura. Entonces, a muchos les cuesta trabajo ver, por ejemplo, el Polyforum, porque no entienden que esas pinturas son para verse en movimiento. Dicen que son de un barroquismo excesivo, que se les cae encima. Ha habido mucha cerrazón de la mayoría de las personas que han estudiado a Siqueiros.”