Washington, 17 de mayo. Numerosos extranjeros que viven en Estados Unidos han adoptado la hipercalórica cocina estadunidense, en parte debido a que tiene buenos precios y es fácil de conseguir, pero también porque es una manera de demostrar su integración al país adoptivo, según un estudio.

Los inmigrantes que se alimentan con comida estadunidense consumen en promedio 187 calorías y 7 gramos de grasas saturadas más de lo que consumirían si se alimentaran siguiendo su propia gastronomía, y se exponen por tanto a sufrir obesidad o sobrepeso tanto como los dos tercios de la población local, según un estudio publicado en la revista Psychological Science de junio.

Los hijos de inmigrantes que viven en Estados Unidos desde hace 15 años presentan las mismas tasas de obesidad que los niños estadunidenses, de los cuales un tercio son obesos o tienen sobrepeso, indica este trabajo, realizado por investigadores de las universidades de Washington, de California en Berkeley y de Stanford.

Los investigadores hicieron experimentos con base en poblaciones asiáticas para determinar de qué forma los inmigrantes eligen y consumen la comida estadunidense como una manera de transmitir que están integrados.

Con este fin, armaron un grupo testigo y otro al que le pidieron reafirmar su identidad cultural estadunidense. Cuando todos fueron invitados a elegir un plato, más miembros del último grupo pidieron especialidades estadunidenses como hamburguesas, hot dogs, sándwiches con tocino y pollo frito, que los del primer grupo, quienes eligieron tradicionales sushi o pollo teriyaki.