Es necesario cambiar la política agraria, advierte la Cocyp
Miércoles 18 de mayo de 2011, p. 21
El precio del kilo de tortilla podría llegar a 20 pesos en junio a causa de la baja en la producción nacional de maíz y, sobre todo, debido a la especulación desatada por las compañías acaparadoras, lo que hace urgente la intervención del gobierno en apoyo de los pequeños y medianos productores, advirtió José Jacobo Femat, presidente de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp).
En conferencia de prensa, el dirigente llamó a las autoridades a modificar de manera sustancial la política agraria del país, ya que en el actual sexenio se ha seguido apoyando, casi de manera exclusiva, los intereses de las trasnacionales, en perjuicio del campesinado nacional, que subsiste sin dinero y sin apoyos.
Los recursos económicos del Programa Especial Concurrente, que suman más de mil millones de pesos, no han tenido ningún resultado positivo para la sociedad rural, ya que el papel de las instituciones ha sido fortalecer la presencia e intervención de las empresas multinacionales en el control de la tierra, el agua y la biodiversidad
, acusó.
Compañías como Monsanto, Cargill, Bimbo o Grupo Modelo –dijo– han logrado que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se pliegue a sus necesidades, y debido a ello pueden acaparar miles de toneladas de maíz, que después venden a los molineros a entre 3 mil 200 y 5 mil 200 pesos la tonelada, cuando al productor únicamente le pagan 2 mil 300.
Dicho mecanismo de especulación, sumado al hecho de que por las heladas de febrero las cosechas del grano en Sonora y Sinaloa llegarán sólo a 2.5 millones de toneladas –cuando se esperaban al menos 5 millones–, es lo que genera el incremento en el precio de la tortilla, que será inminente a menos de que el gobierno se decida a revertir esta dinámica, subrayó.
De acuerdo con Femat, las autoridades del país no han emprendido acciones verdaderamente encaminadas a resolver de fondo la problemática de escasez del grano, ya que importar 3 millones de toneladas más de maíz, que se suman a los 14 millones que ya adquiere en el extranjero todos los años, no garantizará el abasto a largo plazo.
Entre las medidas que sugirió el líder campesino para llegar a la autosuficiencia alimentaria en granos básicos –lo cual podría lograrse en cinco años– figuran el rechazo total a las semillas transgénicas, la reorientación efectiva de recursos en los programas de apoyo al campo y respaldar a los pequeños y medianos productores, en vez de a las grandes compañías trasnacionales.