Todo iba lindo hasta que un aficionado saltó a la cancha; después la trifulca, los golpes, el cabezazo, resumió Christian Chaco Giménez, en una conferencia de última hora a la que convocó Cruz Azul para fijar la postura institucional respecto del pleito tras la eliminación de La Máquina en la semifinal ante Morelia.

Aún no sabían –aseguraban– que Jesús Corona sería dado de baja de la selección nacional por participar en la pelea –en la cual el arquero propinó un testarazo al preparador físico de Monarcas, quien también fue suspendido seis partidos, igual que el Chaco–, ni que el técnico Enrique Meza y el preparador físico Daniel Ipata serían castigados con tres encuentros.

Los jugadores señalados en la gresca, Chaco Giménez y Jesús Corona; el técnico Enrique Meza, el preparador físico Daniel Ipata y el director deportivo Alberto Quintano llegaron al hotel, asumiendo sus culpas y exponiendo sus razones. Arribaron con el silencio que acompaña a los equipos tras una derrota: todos con el gesto grave por los acontecimientos que –aseguraron– les provocan profunda vergüenza.

Hasta ese momento, el más afectado de todos era Corona, cuyo destino en el Tri sería cancelado. Duele quedar fuera de la selección, dijo con pesar el portero, quien se limitó a argumentar que aunque estaba apenado por sus actos de la noche del domingo, quería resaltar que él sólo había respondido a una provocación.

Lo que ocurrió el domingo, desde la perspectiva de Corona, es algo que no tiene relación con la selección y, en ese sentido, dijo que le gustaría poder hablar del tema con los federativos para que conocieran su punto de vista.

“Un errorcito que cometo y se agranda, porque –si es cierto lo que dicen– prácticamente estoy fuera de la selección”, dijo.

No negó su responsabilidad en los acontecimientos, aclaró, pero había una causa: el preparador físico del Morelia, Sergio Martín, quien había entrado a golpear a su compañero Waldo Ponce. Para Corona, todo fue un acto de solidaridad con el colega agredido. Algo que cualquiera de nosotros haría por un compañero, dijo en su defensa.

Me calentó la sangre, caí en la provocación y no me controlé, aceptó Corona en síntesis, pero pidió que se analizara el video, porque así cree que se apreciará de otro modo su reacción; es decir, el cabezazo con el que agredió al preparador físico el equipo rival.

Mientras Chuy Corona se disculpaba ante la afición y asumía su responsabilidad, el Chaco parecía ausente, con la mirada perdida en el fondo de la sala de conferencias. Está consciente –aseguró– de que nada justifica su reacción.

Soy profesional y sé que estoy para jugar, no para boxear, dijo el volante argentino. Tengo dos hijos y me avergüenza que me vean así en esas imágenes.

Chaco se veía incómodo, apretaba los labios y movía nervioso los dedos sobre la superficie de la mesa del estrado. Aceptada la responsabilidad y la vergüenza, soltó una idea que parecía tenía atorada en la garganta. No somos los únicos responsables la gente de Cruz Azul, que se mida de la misma manera a todo mundo, dijo indignado. En el tumulto había 50 personas donde sólo deben estar 22 jugadores más los árbitros; los otros no sé qué hacían dentro de la cancha.

Para el argentino existe cierta displicencia hacia la gente del club Morelia, debido a su relación con la televisora TV Azteca, que no muestra imágenes que afectarían a su equipo, dijo, y remató: Todos sabemos lo que pasa en el futbol mexicano, cómo se maneja.

Con la vista baja, Meza lamentó que su equipo se comportara como un equipo de barrio, que no tuvo la cordura para aceptar una derrota. No teníamos por qué pelear... la cancha de juego nada más es para jugar no para pelear.

De ese modo en Cruz Azul compartían una misma visión de los hechos, todo fue una respuesta a una provocación, asumen su culpa y, lo más claro, dejar fuera a Corona es injusto.

Muy injusto para que quede fuera el mejor portero del momento. Sólo que yo no puedo abogar por él ante la federación, dijo Meza. “Con los méritos que ha hecho, no me cabe la idea de que la selección pueda estar sin Chuy”, agregó Quintano.