El Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB) se ha convertido en una fuente de rapiña o botín para el desvío de recursos en beneficio de la cúpula sindical y de los gobiernos estatales, que utilizan ese presupuesto para los procesos electorales, en detrimento de la enseñanza, coincidieron especialistas en el ramo.

Frente a las irregularidades denunciadas por la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha optado por ser cómplice y agachar la cabeza, expresó César Navarro, profesor e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

El también investigador del Instituto Mora destacó que el manejo discrecional de los recursos del FAEB –equivalente al presupuesto conjunto de las secretarías de Salud, Desarrollo Social y Medio Ambiente– ha posibilitado que partidos políticos, empezando por el PRI, el Panal y el Partido Verde, que hoy son aliados”, se beneficien para sus propósitos comiciales.

No es de extrañar que este fondo adquiera en este momento mayor relevancia por la cercanía de las elecciones, ya que se convierte en fuente de rapiña y de desvío de recursos.

Sin embargo, advirtió que dichas irregularidades son aprovechadas por fundaciones del sector privado para responsabilizar a los maestros de la malversación de los recursos, como si todos los docentes fuéramos corruptos, cuando la corrupción está en los gobiernos estatales y en la cúpula sindical. Pero ese es el gancho que utilizan estas organizaciones privadas para tener una intervención desmedida e incluso anticonstitucional como fiscalizadoras del sistema educativo.

Ahora resulta que empresarios corruptos que han dilapidado el presupuesto nacional son las entidades fiscalizadoras. No obstante, trabajan coordinadamente con la SEP y reciben dinero de esta dependencia para plantear lo no se atreve a decir, porque sería tanto como tocar los intereses de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo.

Por ello, la SEP ha optado por agachar la cabeza, a partir de un acuerdo tácito de no meterse y de complicidad.

Por su parte, Etelvina Sandoval, profesora-investigadora de la UPN, expresó que el FAEB se ha convertido en una especie de fondo revolvente y de botín que puede servir para todo en razón de la discrecionalidad y de la falta de reglas claras.

El riesgo de lo anterior –advirtió– es que esto sirva de excusa para no dar presupuesto a la educación pública. Por el contrario, los recursos para la enseñanza deben incrementarse y reorientarse a las prioridades del sector, ya que hay deficientes condiciones de trabajo, los planteles se encuentran deteriorados y no cuentan con los materiales básicos para el proceso de enseñanza.

Por ello –dijo–, es necesario transparentar las cuentas, ya que se desconoce en qué parte del camino se van a quedar. En los acuerdos entre los gobiernos estatales y la SEP con el sindicato magisterial, la ciudadanía no sabe cómo y en qué se gastaron los recursos o si sirvieron para el reparto de proyectos políticos, añadió.

Una vez que el dinero entra al sindicato, éste dice que no se puede auditar, peo sí se puede hacer esta revisión a las instituciones o gobiernos que le otorgaron el presupuesto.