De acuerdo con el presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés), Gustavo Araoz, aún es prematuro afirmar que el Palacio de Bellas Artes sufrió afectaciones con motivo del remozamiento de su sala principal, como dictaminó la oficina en México de ese organismo.

Para determinar si esas obras fueron perjudiciales, explicó, es indispensable un estudio en el cual se identifiquen los atributos que sustentan el valor cultural del inmueble y sirva como parámetro para evaluar los trabajos realizados.

Creo que Icomos México ha procedido bien, pero lo que sigue faltando para asesorar la validez de cada una de esas evaluaciones es la definición de los atributos, porque la única manera de medir el impacto de cualquier acción de un sitio de patrimonio cultural es saber dónde es que descansan los valores, destacó Araoz.

Los estudios (emprendidos hasta la fecha) han sido de buena voluntad, técnicamente válidos; creo que las preocupaciones que se han expresado son correctas, pero todavía tenemos un trabajo por delante.

Gustavo Araoz efectúa una visita a México para, entre otras actividades, conocer de primera mano la situación del Palacio de Bellas Artes. El lunes sostuvo una reunión de trabajo con la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio, y realizó un recorrido por el recinto, acompañado por la titular de la oficina en el país de Icomos, Olga Orive.

Como resultado de ese encuentro, según un comunicado conjunto del INBA e Icomos, se acordó la creación de un cuerpo consultivo de expertos que en las próximas semanas se encargará de identificar los atributos culturales del recinto y la evaluación técnica de las obras.

Entre otros aspectos, en conferencia de prensa realizada la noche del martes, el presidente de Icomos destacó la importancia de determinar hasta qué punto eran necesarios los cambios efectuados en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.

Mencionó, como ejemplo, que debe existir una justificación muy valiosa para haber retirado y desechado el material histórico del recinto, como la madera del piso y el lambrín de los palcos, que es muy importante, porque forma parte del edificio y ahora se ha utilizado para hacer souvenirs.

Araoz habló de la posibilidad de que el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco analice este caso en su asamblea general que tendrá lugar en en junio, en París.

Sin embargo, para que una misión reactiva del organismo internacional intervenga se requiere un dictamen técnico completo que fundamente los daños, dijo, y se manifestó en favor de solucionar este tipo de problemas mediante un diálogo interno, sin necesidad de una intervención exterior.