Jueves 12 de mayo de 2011, p. 3
Alfonso aún trataba de comprender la muerte de su hermano Jesús, de 44 años. Recordaba la gravedad con que llegó al hospital a causa de su alcoholismo cuando de pronto se acercó un hombre de bata blanca que le reiteró la explicación del médico sobre el deceso del paciente.
Recuerda que le dijo algo más
y luego le planteó lo que para Alfonso resultaba una inesperada petición: ¿podría autorizar la donación de las córneas y el tejido muscular esquelético del fallecido?
, pues así ayudaría a que otras personas recuperaran la salud e incluso salven su vida.
“¿Por qué si nadie de mi familia ha dado nada… se han ido completos, por qué Jesús?”, fue lo primero que vino a la mente de Alfonso, y enseguida volteó a ver a su hermana Graciela, quien también escuchó la propuesta del enfermero Alfredo García, coordinador de donación y trasplante de órganos. Ella dijo que le parecía bien. De todas maneras, Alfonso, de oficio albañil, quiso preguntar a su esposa, Ivonne, que siempre ha tenido buenas ideas
.
La mujer no dudó: por su alcoholismo, Jesús no hizo nada por sí mismo y ahora tiene la oportunidad de hacer algo por otros. Acepten
, les dijo a Alfonso y Graciela. Así lo hicieron y de inmediato Alfredo empezó los trámites que conoce a la perfección, luego de más de un año de estar en este trabajo. Sólo en 2010 logró unas 50 donaciones de órganos, más o menos 70 por ciento de las que solicitó.
Su trabajo ayudó a que en 2010 el estado de México se colocara en el primer lugar nacional en la materia, con 301 donaciones de órganos y tejidos, lo cual es un récord si se toma en cuenta que hasta 2006 la entidad carecía de infraestructura física y humana en la tarea.
De 2000 –cuando por las reformas a la Ley General de Salud se fortaleció en México la actividad de las cirugías sustitutivas de órganos– a la fecha, 342 hospitales están autorizados para practicar estos procedimientos. Entre 96 y 98 por ciento son de córneas y riñones.
Para Arturo Dib Kuri, director del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), es suficiente
por el momento, aunque –dijo– los hospitales autorizados podrían incrementar su productividad en 20 por ciento. En el último año realizaron 5 mil 450 trasplantes.
En entrevista, el funcionario reconoció que los alcances del programa todavía son limitados, aunque también destacó que en una década la donación aumentó en 10 veces.
Sin embargo, otros especialistas consideraron que varios factores obstaculizan el crecimiento de la estrategia, entre ellos la todavía baja cultura de donación de órganos y tejidos, así como las restricciones presupuestales en el sistema nacional de salud.
Los médicos consultados señalaron que no se ha logrado superar la visión administrativa y de corto plazo, cuya prioridad es ahorrar dinero y sólo ve el alto costo de las operaciones quirúrgicas y de los medicamentos indispensables para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Por ejemplo –dicen–, los administradores pasan por alto que es mucho más caro mantener los tratamientos de diálisis y hemodiálisis para las personas que tienen insuficiencia renal crónica. Por eso, actualmente sólo algunos de los afectados se benefician de un trasplante renal.
Sobre el tema, Inés Díaz Muñoz, directora del Consejo Estatal de Trasplantes (Coetra) del estado de México, comentó que en cada hospital donde hay defunciones debería existir un área de donación y procuración de órganos y tejidos, aunque no se realizaran ahí las cirugías sustitutivas.
Para ello tendría que existir la logística, a fin de que cuando surja alguna donación estén disponibles los equipos médicos y hospitalarios para procurar el órgano y llevarlo adonde se encuentre el beneficiario. Todo debe ocurrir en unas cuantas horas.
Sin embargo, de acuerdo con la información del Cenatra, en México sólo 375 hospitales están autorizados para obtener órganos en donación, los cuales representan 32 por ciento de los mil 169 nosocomios del sector público que hay en la República. En teoría, en cada unidad existe el área de donación, con un coordinador. Esto no siempre es cierto, según comentaron algunos especialistas.
Para Alfredo García, la dinámica es similar todos los días en el Hospital General Ecatepec Las Américas, catalogado como de segundo nivel, pero con actividades especiales
. La existencia del área de traumatología ha favorecido las actividades de donación y trasplantes que también se realizan ahí, procedimientos típicos en nosocomios de alta especialidad.
Esta unidad hospitalaria fue abierta en septiembre de 2005 y vino a resolver las necesidades de salud de quienes viven en al menos nueve municipios de la zona norte del estado de México, e incluso de otras entidades como el Distrito Federal, Puebla, Guerrero y Michoacán.
A las pocas semanas de haber abierto sus puertas ya estaba saturado, recordó el director Efraín Bermúdez. La unidad cuenta con 106 camas censables, se registran entre 30 y 40 egresos hospitalarios por día y por diversas causas –incluidos accidentes y lesiones– la mortalidad es de alrededor de 900 personas al año.
De ahí la decisión del Coetra de crear el área de donación y trasplante de órganos en el Hospital General Ecatepec Las Américas. Este es uno de los dos hospitales de la entidad donde se realizan las operaciones sustitutivas de riñón y córneas. Además, hay otros 12 autorizados para donación.
Por eso, el estado alcanzó el primer lugar en obtención de órganos, comentó Díaz Muñoz, quien también reconoció que trabajan con limitaciones y, por ejemplo, la plaza de coordinador de donación sólo existe en nueve de las unidades médicas autorizadas.
Asimismo, el personal disponible es insuficiente para cubrir las 24 horas del día y en algunos de los hospitales sólo están de lunes a viernes. Por la alta mortalidad, el coordinador Alfredo García trabaja cinco días en el Hospital General Ecatepec Las Américas, por la alta mortalidad, y hay otra persona para sábados, domingos y días festivos. No se cubre el horario nocturno.
Significa que si hay la oportunidad de que los familiares de algún paciente fallecido acepten donar órganos y tejidos, el coordinador que esté realiza todo el procedimiento hasta su término.
Práctica inexistente en Tabasco
En 2010, el estado de México concretó 301 donaciones. El segundo sitio fue para el Distrito Federal, con 198. Y eso –resaltó Díaz Muñoz– que allá (en la ciudad de México) están los grandes hospitales
, como el General de México, Juárez de México, o los de Traumatología del IMSS y los del gobierno capitalino. En el otro extremo están entidades como Tabasco, donde no existe la donación de órganos, o Quintana Roo, que el año pasado concretó sólo una; en Yucatán hubo dos y en Tlaxcala cinco. En Oaxaca apenas arrancó el programa en esta materia.
El del estado de México se distingue también por la difusión que realiza. En la mayoría de los pasillos del hospital mencionado hay carteles que abordan el tema, además del trabajo de Alfredo, quien está pendiente de la evolución de los pacientes en terapia intensiva, solicita donaciones y realiza la procuración de córneas. También se da a la tarea de distribuir folletos y tarjetas de donador entre los usuarios de los servicios médicos.
Explica que cuando las personas están bien informadas, o incluso si el fallecido platicó con anticipación su deseo de donar sus órganos, la tarea se facilita.
Siempre es difícil enfrentarse al sufrimiento de los deudos. Algunos de ellos ni siquiera han terminado de entender que su pariente haya muerto, mucho menos comprenden cuando les pedimos que acepten la donación. Mi tarea es lograr que se den cuenta de que sin donación no hay trasplante
.