Lunes 9 de mayo de 2011, p. 41
Washington, 8 de mayo. La deportación de indocumentados en California restará más de 300 mil millones de dólares a la economía estatal, reveló un estudio difundido hoy, en tanto crecen las críticas a un programa antinmigrante en Estados Unidos.
La expulsión de este país de 3 millones 600 mil migrantes sin documentos legales comprimirá los ingresos tributarios del estado californiano en 8.5 por ciento, según el informe del Centro para el Progreso Estadunidense y el Centro de Políticas de Inmigración.
El no enfrentar la migración con políticas positivas
puede crear un desastre económico
en este territorio, declaró al diario La Opinión, Raúl Hinojosa-Ojeda, director del Centro Norteamericano de Integración y Desarrollo de la Universidad de California de Los Ángeles.
Los empleados indocumentados representan 9 por ciento del total del estado y 12 por ciento de la fuerza laboral de Los Ángeles.
El análisis sale a la luz cuando un programa clave para la estrategia del presidente Barack Obama de endurecer las leyes de migración enfrenta una creciente resistencia de los gobiernos estatales y la policía.
Mediante esa iniciativa, conocida como Comunidades Seguras, las fuerzas policiales deben tomar las huellas dactilares de los detenidos y enviarlas a la base de datos del Servicio de Migración y Aduanas, lo cual facilita la deportación de los ilegales.
El diario The New York Times señaló el viernes pasado la decisión del gobernador de Illinois, Pat Quinn, de abandonar el programa por considerarlo discriminatorio, mientras el Congreso de California estudia un proyecto de ley que permitiría a los uniformados elegir si desean o no participar en ese plan.
También el gobernador de Massachussets, Deval Patrick, criticó con dureza la normativa y el condado de Montgomery, en Maryland, decidió retirarse de la misma.
Comunidades Seguras comenzó en Texas en 2008 y opera en la actualidad en más de mil 200 jurisdicciones de la nación.
El proyecto demuestra el dilema de Obama, quien por un lado trata de contentar a la comunidad hispana con sus promesas de reforma migratoria, y por el otro a los republicanos mediante planes de mano dura contra los indocumentados, comentó el rotativo.
The New York Times reveló que en los primeros años de la actual gestión fueron deportadas casi 800 mil personas, cifra récord en Estados Unidos.