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Más noche que ayer en la noche, ficción verosímil a partir de un hecho real

Mi novela muestra el lado más sórdido de la vida nocturna en el Distrito Federal: Jorge González

El autor, con una vida dedicada al rocanrol: fue repartidor de publicidad de los conciertos que se realizaban en el LUCC, trabajó en el CIE y fundó el Pasagüero

 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de mayo de 2011, p. a17

Jorge González Ayala lleva toda una vida dedicada al rocanrol, en su primera juventud incursionó en el ambiente del rock repartiendo publicidad de los conciertos organizados en el emblemático antro LUCC, ahí se conformaba con que lo dejaran entrar a ver a los grupos; posteriormente trabajó muchos años en varias áreas del Corporativo Interamericano de Entretenimiento (CIE); después, aburrido, fundó el bar Pasagüero en el Centro Histórico y lo colocó como uno de los sitios determinantes en la vida nocturna de la ciudad de México. Actualmente es socio de otro de los lugares básicos en el mapa de la vida nocturna El Imperial, en la colonia Roma. Hace unos meses Jorge González Ayala, a quien toda la banda conoce como El Diablo, irrumpió en el mundo literario con la publicación de la novela Más noche que ayer en la noche, un trabajo de ficción, pero que sin duda está nutrido por sus correrías en el rocanrol.

Durante este tiempo la novela, confiesa el autor, “ha circulado con buena aceptación sin ser un best seller. La crítica y el público la acogió muy bien; confío en que más gente lo lea. Yo, como escritor, me siento satisfecho, esperando que ocurran más cosas y con ganas de escribir unos más”.

Grandes retos

El escritor revela el origen de su primera novela: “Cuando comencé a desarrollar la historia estaba leyendo Bret Easton Ellis e Irvine Welsh, decidí escribir en primera persona; el reto era grande porque para que no se pareciera a American Psycho tenía que encontrarle su voz propia al personaje principal que es Ro, un estudiante universitario que huye a toda costa de convertirse en un yuppie, con trabajo de nueve a cinco y ataviado de traje. Intercala sus clases con excesos, fiestas y desmanes. El segundo reto en el que me concentré fue el de mostrar la vida nocturna del Distrito Federal, su lado más sórdido, donde el dinero ayuda a conseguir cualquier cosa...”

Más noche que ayer en la noche, confiesa nuestro entrevistado, surgió a partir de una nota roja en la que unos chavos del ITAM descuartizaron a unas prostitutas de un lugar que se llamaba La Casa de Gladys de la colonia Roma, se las llevaron al Pedregal y después tiraron sus restos frente al Liceo Japonés.

Fue la intriga de González Ayala por conocer el motivo que orilló a esos júniors a cometer el crimen, que al analizar el contexto llegó a la conclusión de que existen personas que realizan fechorías por el puro placer de hacerlas. Las malas decisiones son la destrucción del protagonista de esta historia; el no asumir las consecuencias es la historia de cualquier persona, dijo el joven escritor Jorge González.

En Más noche que ayer en la noche, el escritor muestra una prosa vertiginosa, vibrante, que describe la negrura de la ciudad, pero también de sus habitantes, él mismo define: Da cuenta de una generación de jóvenes atrapados en el sin sentido de su propia existencia. No se trata de una crónica urbana y aunque está narrada en primera persona tampoco es un texto biográfico, aunque sí, en partes, necesariamente vivencial.

El Diablo también confesó que el reto al que se enfrentó al escribir esta novela fue crear a partir de ese hecho real una ficción verosímil, que fue el doble asesinato cometido por un par de yuppies, que después descuartizaron y tiraron a sus víctimas en una colonia de gente adinerada. Desde el principio tenía muy claro lo que quería narrar, aunque no sabía bien cómo, de ahí que tardara tres o cuatro años en terminarla... después tuve algo de suerte para lograr que se interesaran en publicar el trabajo.

Agregó que después de construir sus personajes Rodrigo, Carlos, Jessica, Lorena y todos los que aparecen, poco a poco a base de imaginarlos los fui dotando de personalidad y atribuyéndoles actitudes. Lo que yo tenía que hacer era imaginar cómo debió haber sido el entorno y las circunstancias que llevaron a ese par a actuar de la forma en que lo hicieron.

Submundo

De ahí, a partir de amplias y puntuales descripciones despojadas de pudor, el autor se va internando en el submundo de estos yuppies, noctámbulos de bajas pasiones que pululan por la ciudad a altas horas de la noche, rompiendo sus monótonas existencias con momentáneas utopías cocainómanas.

Acerca del lenguaje y el estilo que emplea en el texto para atrapar al lector, se puede encontrar con muchos lugares comunes, pero también con una realidad familiar, según destacó González Ayala: Si bien la narración comienza muy del tipo del escritor José Agustín, mi idea es que esta lectura fuera más allá. Si lo logro o no será ya apreciación del lector.

En ésta su primera novela, González aborda una literatura irreverente, un retrato social con un contexto violento y pornográfico, como la realidad de la ciudad de México. Más noche que ayer en la noche es un texto que, a través de un lenguaje más abierto y franco, deja atrás a la literatura tradicional, pues González Ayala no es un improvisado además de su interés nato en escribir literatura es egresado del diplomado de la Escuela Dinámica de Escritores, dirigida por Mario Bellatin; además de que su vena literaria la nutrió a lo largo de los años haciendo colaboraciones en diversas publicaciones como las revistas Time Out, Chilango y Replicante, entre otras”.

Además, Jorge González Ayala es un inquieto todólogo, que estudió composición musical en el Instituto Cardenal Mirando y en la Escuela Nacional de Música, con maestros como Juan Trigos, Víctor Rasgado o Julio Estrada, y que lo mismo disfruta del jazz que del rock, la música clásica o la eléctrica, pasando por la afroantillana y la popular. Ha hecho música para video y performance y su música se ha interpretado en salas como la Blas Galindo, la Carlos Chávez o la Julián Carrillo.

Por último, Jorge González confesó:No vivir de la literatura me da una libertad y frescura creativa que pretendo explorar más adelante, por lo pronto tengo dos novelas inéditas que espero pronto vean la luz.