En la Basílica de Guadalupe, a través de pantallas colocadas en el atrio, los feligreses siguieron la ceremonia de beatificación del papa Juan Pablo II, que se realizó en el Vaticano. Alrededor de 7 mil personas participaron por la noche en una velada juvenil y asistieron al mediodía a la misa de acción de gracias que celebró el nuncio apostólico, Cristophe Pierre.

Desde los accesos al atrio de la Basílica y dentro del templo se desplegaron pendones con la imagen de Juan Pablo II, mientras el rector del templo, Enrique Glennie Graue, fue el encargado de hacer la traducción al español de la ceremonia que se desarrolló durante la madrugada.

En el contexto de esta celebración, el representante del Vaticano en México destacó en la homilía que el Papa, gracias a su coherencia de vida, a que actuó según las exigencias del Evangelio, obró conforme a sus creencias. Pierre agregó que Juan Pablo II permanece y permanecerá para todos los cristianos y todas las personas de buena voluntad como referente de nuestra época, tan falta de verdaderos valores universales.

La imagen del beato fue colocada al lado izquierdo de la Virgen de Guadalupe, y el nuncio recordó que durante la última visita a México de Juan Pablo II, éste expresó palabras que “han quedado grabadas en nuestros corazones (…), palabras que hoy se vuelven actuales: ‘me voy, pero no me ausento’”. Recordó que en cinco ocasiones, el pueblo mexicano tuvo la dicha inmensa de verlo transitar en sus calles, escuchar sus palabras, admirar su testimonio de vida, de fe y amor.

Centenas de personas, que lanzaban la porra Juan Pablo II, te quiere todo el mundo, vinieron de diferentes estados para atestiguar a través de las pantallas la ceremonia desde el Vaticano y permanecieron hasta la misa del mediodía.

El nuncio agregó que el papa polaco defendió a capa y espada el valor de la familia en todas sus instancias y los derechos de todos los hombres, lo que lo llevó a una infatigable lucha por conseguirlo.