En adolescentes se presenta alto riesgo reproductivo y tendencia a caer en adicciones
Estudios del INSP consignan también rezagos en condiciones de salud en zonas indígenas
Viernes 29 de abril de 2011, p. 41
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sobre las necesidades de salud en áreas urbanas marginadas en México reveló que la vulnerabilidad sanitaria de las personas que viven en esas zonas se traduce en trastornos y enfermedades, sobre todo en la población más joven, con desnutrición infantil, así como alto riesgo reproductivo y eventuales adicciones en adolescentes, producto del rezago social.
La investigación, realizada por Hortensia Reyes-Morales y otros, y publicada en la Revista Panamericana de Salud Pública, abarcó a casi 25 mil personas que habitan en colonias urbanas pobres de cinco regiones de México.
En los niños y niñas, dos de cada 10 presentaron desmedro (baja talla para su edad), mientras que la prevalencia de desnutrición fue de 8 por ciento.
En tanto, casi 16 por ciento de los adolescentes de 12 a 19 años de edad tenía vida sexual activa, aunque sólo 57.7 de los varones y 41.9 de las mujeres usaba algún método anticonceptivo.
Otro estudio del INSP, coordinado por Verónica Mundo-Rosas, demostró que el consumo de energía y nutrimentos en niños de uno a cuatro años es inadecuado en las localidades rurales, indígenas, de la región sur y nivel socioeconómico bajo. En el caso de los niños indígenas, el consumo de energía y nutrientes es 20 por ciento menos adecuado en comparación con el consumo de los niños no indígenas.
En la misma línea, una investigación de la Secretaría de Desarrollo Social federal, titulada Desnutrición infantil y pobreza en México, concluyó que la desnutrición infantil se concentra principalmente en los hogares más pobres, y el universo de éstos incluye la pobreza alimentaria (el ingreso per cápita no alcanza para adquirir una alimentación mínimamente aceptable), de capacidades (ingreso insuficiente para cubrir necesidades de alimentación, salud y educación) y patrimonial (el ingreso insuficiente no cubre vestido, calzado, vivienda y transporte público).
El estudio determinó que los niños que viven en hogares en situación de pobreza alimentaria tienen un muy significativo incremento en el riesgo de estar desnutridos en comparación con aquellos que viven en hogares no pobres. Además, en las zonas rurales se observan niveles de desnutrición considerablemente más altos que en zonas urbanas.
Asimismo, la incidencia de diarreas y enfermedades respiratorias en menores de cinco años es más elevada en hogares pobres.
La más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2006) reportó que las infecciones respiratorias agudas, junto con las diarreicas y la desnutrición, son en México la principal causa de demanda de atención médica en niños menores de cinco años.
Sin embargo, en el interior del país la frecuencia de diarrea presenta diferencias importantes por región, pues mientras en estados del norte del país como Zacatecas la prevalencia es de 5.9 por ciento, en Chiapas es de 21 por ciento.
Las entidades que presentaron prevalencia por arriba de la media nacional son Chiapas, DF, Puebla, Tabasco, Colima, Jalisco, México, Baja California, Guerrero, Quintana Roo y Baja California Sur.
El mismo reporte señala que la prevalencia de anemia en población de 12 años y más es mayor en varones de entre 12 y 14 años, y en mujeres es más alta entre los 14 y los 19 años.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía confirman un número considerable de decesos en niños menores de cinco años por infecciones gastrointestinales, desnutrición y otras deficiencias nutricionales, enfermedades del aparato respiratorio y otros padecimientos del aparato digestivo.