Martes 26 de abril de 2011, p. 19
Washington, 25 de abril. La administración de Barack Obama realizaba hoy intensas gestiones diplomáticas para contener el daño que la filtración por Wikileaks de los 779 archivos de presos que han pasado por la base militar de Gauntánamo, pudieran provocar a sus socios en el convulsionado Medio Oriente.
Aunque el gobierno de Estados Unidos insistió en que los documentos, que comprenden de 2002 a 2009, brindan información incompleta y desfasada de la vida en Guantánamo
. La información revelada ha dejado entrever el limbo extrajudicial en el que permanecieron cientos de prisioneros denominados por el ex presidente George W. Bush enemigos combatientes
.
Las filtraciones muestran la arbitrariedad y falta de pruebas en las detenciones, errores en la evaluación de la peligrosidad de los presos, vejaciones y torturas. También señalan a los países que enviaron agentes a Guantánamo como interrogadores, entre los que se incluyen China, Tadyikistán, Yemen, Jordania, Kuwait, Argelia y Túnez.
Otras revelaciones delicadas son: la clasificación en 2007 por el ejército estadunidense del ISI, la principal agencia de inteligencia paquistaní, como una entidad de apoyo a terroristas
.
El ISI, Hamas, Hezbolá y la inteligencia iraní son algunos de los 32 grupos que integran la lista de fuerzas asociadas
definidas por los documentos como fuerzas militantes y organizaciones con las cuales Al Qaeda o los talibanes tienen una relación establecida de trabajo o apoyo para lograr objetivos comunes
. Los documentos también confirmaron el confinamiento en Guantánamo de personas relacionadas con el ISI.
La prisión de Guantánamo fue abierta en Cuba por George W. Bush en 2002; en su administración transfirió 537 presos, en tanto la administración de Obama ha transferido a 64 detenidos. Aún permanecen encarcelados 174 prisioneros.
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