Acabará con nuestro patrimonio y trabajo, dicen; aún no hay diálogo con autoridades
Lunes 25 de abril de 2011, p. 29
La construcción de la línea 5 del Metrobús ha provocado molestia entre vecinos y comerciantes de las calles Ayuntamiento y República de El Salvador, ante el próximo cierre al tránsito vehicular, pues el proyecto considera una vía bidireccional para los autobuses largos que prestarán servicio a finales de año.
Desde hace unas semanas, decenas de mantas fueron colocadas en las entradas de los negocios y casas en rechazo a este sistema de transporte, que acabará con nuestro patrimonio o trabajo al cerrar el paso a los vehículos, cuando se trata de una zona ciento por ciento comercial, con el riesgo, para muchos de los establecimientos, de bajar las cortinas definitivamente
, señalaron.
Las autoridades capitalinas, comentaron algunos encargados, quienes pidieron el anonimato, no se han acercado a dialogar, a ofrecernos alternativas, cuando muchos de los negocios son pequeños y vienen de generación en generación. Logramos salir adelante de la crisis de 2008, pero ahora la situación será más difícil, porque nuestros clientes no tendrán posibilidad de llegar con sus automóviles para llevarse su mercancía y preferirán comprar en otro lado su azulejo, muebles de baño, artículos de plomería y electricidad, así como productos de telefonía o computadoras
.
Vecinos de la zona señalaron que la construcción de la línea 4 del Metrobús afectó nuestra calidad de vida y provocó la instalación de más puestos ambulantes en Balderas, lo cual aguantamos, pero ahora las cosas serán diferentes, porque se trata de un cierre vehicular permanente. Únicamente los camiones de ese servicio circularán por El Salvador y Ayuntamiento en ambas direcciones, a lo cual no estamos dispuestos. Y vamos a luchar
.
Las secretarías de Transportes y Vialidad y de Obras y Servicios informaron que en el segundo trimestre del año comenzará la construcción de esta línea –Buenavista-Centro Histórico-San Lázaro, con desviaciones a las terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional–, con una longitud de siete kilómetros, una inversión privada de 300 millones de pesos anuales y la reubicación de las siete rutas que dan servicio en el Centro Histórico a las orillas
, con el fin de prestar dos servicios: ordinario, de Buenavista a San Lázaro, y exprés, de este punto a las terminales del puerto aéreo.