Abarroteros defeños
La empresa de Puebla, ¿temporal?
i el Gobierno del Distrito Federal y la delegación Benito Juárez no tuvieron inconveniente en vender a una cadena de tiendas de autoservicio 3 mil 700 metros de vía pública en perjuicio de la ciudadanía, tampoco tienen porqué frenar la desbocada y lesiva autorregulación de una empresa taurina con cierta idea de las utilidades fáciles, pero sin noción alguna de la estatura ética que requiere la tauromaquia.
Pero sustituir tradiciones por utilidades es tan imprudente como anteponer el rating a la índole de los contenidos. Privilegiar a la iniciativa privada a costa del interés público o de los mínimos de autenticidad que requiere el espectáculo taurino, exhibe una sensibilidad tan dudosa como apostar por el automóvil y no por un transporte público eficiente. Nunca en su historia, la fiesta brava de México estuvo más a merced de la frivolidad de promotores y autoridades. Son algunos de los muchos daños colaterales de la falsa democracia.
Fue la firma Protauro, del empresario y ganadero Juan Huerta, la que finalmente obtuvo la concesión para manejar la plaza de toros El Relicario-Joselito Huerta, de la ciudad de Puebla, por lo menos durante la inminente feria 2011 y, según los resultados, lograr que el gobierno estatal prorrogue la concesión o anuncie otra licitación.
Algún margen de utilidad ha de arrojar todavía el desacreditado espectáculo ya que en el caso poblano varios pujaron por quedarse con el mal diseñado coso, entre otros Espectáculos del Altiplano, de José Ángel López Lima, o Espectáculos Santa Julia, de Marco Castilla, o Promotoreando, de Mariano del Olmo, maternalista veedor de Sebastián Castella, encantado, como el resto de los conquistadores de luces, con los novillones bobos que aquí les consiguen y las empresas acatan sin chistar, en perjuicio de un espectáculo escaso de grandeza por la falta de taurinismo con espíritu.
Reapareció en público como asesor taurino de Protauro Víctor Curro Leal, quien durante algunos años fue el operador de la empresa de la Plaza México e inclusive se dio el lujo de prescindir de Enrique Ponce una temporada. Se desconocen los motivos de la ruptura con el calamitoso promotor, pero ahora asesorará a Juan Huerta. Curro Leal deberá tener presente que si el propósito de la empresa es recuperar para El Relicario el toro con edad y trapío, son varios los buenos toreros mexicanos relegados por su antiguo jefe que merecen oportunidades en esa y otras plazas.
La feria poblana, antaño rumbosa y prestigiada, constará de tres corridas y una novillada con carteles aceptablemente balanceados. El primer festejo será el viernes 29 de abril a las 8:30 de la noche, con Eulalio López Zotoluco, Federico Pizarro y la presentación en El Relicario del diestro de Badajoz Alejandro Talavante, para estoquear un encierro del hierro zacatecano de Valparaíso.
El jueves 5 de mayo a las 6 de la tarde, día grande de la feria, se anuncia al rejoneador Emiliano Gamero, quien se presenta en ese coso, y a pie un mano a mano, ocioso por artificial, entre Uriel Moreno El Zapata triunfador del pasado serial poblano y de la última temporada grande de la Plaza México, y Pedro Gutiérrez Lorenzo El Capea, quien ha preferido pueblear en México que abrirse paso en su país. Ahí estaba Alberto Espinosa El Cuate, por ejemplo, si de verdad se quería armar un mano a mano auténtico con Uriel. Para rejones habrá un toro de San Marcos y para los de a pie reses de San José. El viernes 13 de mayo a las 8:30 de la noche se celebrará una novillada con Lorenzo Garza Gaona, el tlaxcalteca Óscar Amador y el poblano David Aguilar, con un encierro de El Rocío.
Y el 20 de mayo, también por la noche, se llevará a cabo la alternativa del diestro local Alfonso Mateos, que le será otorgada por el tardíamente aprovechado Rodolfo Rodríguez El Pana, si sale bien librado de su compromiso en Aguascalientes, y ante el testimonio de la malagueña Maripaz Vega, quien resultó triunfadora en la última corrida de la temporada pasada en la Plaza México y cuya campaña mexicana se ha caracterizado por la sucesión de triunfos. Estoquearán un encierro de San Lucas.