Entre México y Nicaragua, los Zapata, los Villa y los Sandino han comenzado a conformar una coalición. El motivo, la necesidad de retomar en el presente los valores e ideales de justicia social de sus célebres antepasados y de otros héroes latinoamericanos que han influido en la historia de sus países.

La democracia occidental comienza a ser muy obsoleta y limitada. Es necesario que se reconozcan las democracias alternativas, como plantean los zapatistas de Chiapas; otras formas de organización ciudadana; los valores de otros grupos y minorías, que no han tenido espacios para expresarse y opinar, dice el profesor y promotor de la cultura juvenil urbana Agustín Villa, nieto del Centauro del Norte.

La visión de Villa, Zapata y Sandino es más amplia que la democracia formal. Desde un concepto de las minorías, los chavos, los indígenas y otros sectores deben organizarse, señala el también integrante de la asociación civil Enlace Cultural Villa-Zapata.

Son muchos los proyectos concretos que buscarán impulsar los nietos y demás familiares y simpatizantes de los generales Emiliano Zapata, Pancho Villa y el nicaragüense Augusto César Sandino, como la creación de una fundación que sustente sus esfuerzos.

Otros proyectos son la conformación, en Managua, de un museo dedicado al General de hombres libres y la integración a la coalición de parientes de otros próceres, como el salvadoreño Farabundo Martí, el chileno Salvador Allende o el argentino-cubano Ernesto Che Guevara.

Villa informa además que la incipiente coalición firmó un convenio con el Gobierno del Distrito Federal (GDF) para realizar un trabajo conjunto, como imprimir libros y otros documentos sobre la vida, la obra y las ideas de los tres generales.

Acompañado de Walter Castillo Sandino y Mario Zepeda –nieto de Pedro José Zepeda, representante internacional del guerrillero nicaragüense, quien vivió con su familia en México–, Agustín Villa explica: El planteamiento es dar continuidad a las ideas de los abuelos y apoyar a América Latina con una solidez ideológica alrededor de los héroes que la constituyeron.

Pone como ejemplo de la vigencia de los tres combatientes que, si bien no reivindicaban el tema de la contaminación ambiental de esa manera, pues no era un problema discutido en su tiempo, sus proyectos agrarios sí planteaban la necesidad de que el hombre tiene que estar íntimamente ligado a la naturaleza, saber utilizarla y dar uso social a los productos de la tierra. Concebían el mundo de otra manera.

Villa abunda; dice que la coalición tratará de avanzar con el apoyo de investigadores, sociólogos y científicos para intentar adecuar las ideas de nuestros abuelos a la situación actual. Por ejemplo, dice, es más que válida la recurrencia a Emiliano Zapata del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ya que esta organización defiende cuestiones como la autonomía de los pueblos indígenas.

Los Villa y los Sandino se conocieron el año pasado en España, durante algunas actividades relacionadas con sus famosos parientes. Después participaron en un acto académico en Nicaragua; ahora acaban de concluir aquí, en la ciudad de México, el coloquio internacional dedicado a los tres revolucionarios, en el que también participaron investigadores mexicanos.

Esto es parte de las conmemoraciones por el centenario de la Revolución Mexicana, que para nosotros no acabó en 2010, porque daremos seguimiento a las vidas de Zapata y de Villa, asesinados en 1919 y 1923, dice el nieto del jefe de la División del Norte.

Los ideales de ellos caen muy bien en estos tiempos de crisis de valores, sobre todo en las nuevas generaciones. Los chavos traen a Villa, Zapata y Sandino en sus camisetas, aunque esto se debe conocer más porque fortalece la unidad nacional, la crítica a las corrientes neoliberales y la concepción de que el capital debe tener función social. El dinero no es sólo para el goce y disfrute, sino para la educación, la cultura, las artes y el deporte.