ojarasca suplemento jornada 

 

8 poemas de emigración

John Berger

 

Estos poemas, traducidos por María Luisa Martínez Passarge y Ramón Vera Herrera, pertenecen al libro de John Berger,  narrador, crítico y poeta británico, and our faces, my heart, brief as photos, 1984, donde dice: “Emigrar es siempre desmantelar el centro del mundo, y mudarnos a uno de sus fragmentos, a uno solo y desorientado”.

 

 

1. Comunidad

Les digo

todas las casas

son agujeros en un culo de piedra

 

nos devoramos las tapas de los ataúdes

 

entre la estrella de la tarde

y un balde de leche

es la nada

 

donde batimos la mantequilla

se vacía dos veces diarias

 

arrójennos

como vapor

sobre los campos

 

 

2. Tierra

el cuero cabelludo guinda de la tierra

peinado en otoño

y en tiempos de hambruna

 

los huesos metálicos de la tierra

arrancados a mano

 

la iglesia por encima de la tierra

brazos de nuestro reloj crucificado

 

todo se lo llevan

 

 

3. Partir

el dolor

no se puede

 

aguantar lo suficiente

 

las huellas se desvanecen

bajo la nieve

el blanco abrazo

de la partida

 

he tratado de escribir la verdad en los trenes

 

sin un oído

la lengua es pavor

se aferra a una sola palabra

 

el tren cruza un puente

un hielo negro se junta

en cada letra

SAVA

mi río

 

 

4. Metrópolis

el filo de la luna

agudo

como el nivel

del agua en un canal

 

y los bucles de la razón

al alba

cuando la oscuridad

se empareja con la luz

 

aceptan lo oscuro

negro profundo

punto ciego

aceptan esos ojos

 

pero aquí lo oscuro

fue robado en un costal

con el peso de un guijarro

lo ahogaron

 

no hay ya oscuridad

 

 

5. Fábrica

aquí

es el alba eterna

hora de despertar

hora de la profecía revolucionaria

hora de las brasas muertas

tiempo del trabajo de los días

interminables

 

allá construimos la noche

conforme encendemos el fuego

en él reposamos

usando lo oscuro cual cobija

 

los campos cercanos eran

la respiración de animales dormidos

quietos como la tierra

cálidos como el fuego

 

frío es el dolor de creer

que el calor no regresará nunca

 

aquí

la noche es el olvido del tiempo

eterno amanecer

y en el frío sueño yo

al pino

arder como la lengua de un perro

tras sus dientes

 

 

6. Muelle

toda la noche Hudson

tose en la cama

 

intento dormir

 

mi país

es una piel clavada a un madero

 

el viento de mi alma se apresura

 

fuera de los horizontes

tiendo una hamaca

 

en el sueño

me amamanto de mi pueblo natal

y rozo la curva de mi río

 

dos macarelas negras

se dirigen

al nacimiento del día

 

arponéalas cielo arponéalas

 

 

7. Ausencia

cuando el sol era apenas tan alto como el pasto

de los árboles colgaban joyas

y la hilera de casas se volvía rosa

entre las luces fluorescentes del libramiento

los apartamentos cuelgan sus vírgenes

 

están friendo papas

una fábrica descarga sus manos en guantes

  de lana

tengo un agujero en el pulgar

 

las vides no están verdes

las vides no están aquí

las joyas

aplastadas en los cables de alta tensión

serán usadas por los muertos

DANGER DE MORT

 

 

8. Un bosque conocido

déjenme morir así

 

las ramas tienen músculos

las colinas se elevan

la nube se vierte

en un tazón

 

en el bosque los jabalíes salvajes

ya comieron

guardan su calor

y están adormilados

 

registro cada uno de los claros del bosque

en una malla que traigo

enredada como trapo

en la cabeza

 

una sábana

tendida

sobre los ojos de los muertos

evita que el mundo penetre

en el trapo desenrollado

sigo el rastro de los muertos

en el bosque conocido

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