Dar a conocer la participación de los frailes dominicos en los procesos independentistas de Ecuador, Venezuela, Argentina, Colombia, México, Chile, Guatemala y Perú es la finalidad del libro Los dominicos insurgentes y realistas, de México al Río de la Plata, expresó su coordinador, fray Eugenio M. Torres Torres, director del Instituto Dominicano de Investigaciones Históricas, coeditor con el Fondo José Antonio García Luque y Miguel Ángel Porrúa del volumen, presentado en el Centro de Cultura Casa Lamm.

Para el religioso, una de las aportaciones del libro consiste en mostrar el vínculo entre las historiografías nacionales y la latinoamericana; realidad muchas veces diluida por nacionalismos artificiales e intereses políticos y económicos externos.

El historiador Alberto Betancourt Posada, moderador de la mesa, calificó como un acontecimiento historiográfico la aparición del tomo de mirada incluyente, capaz de abarcar desde los inquisidores y los frailes poblanos que cateaban hogares en busca de lecturas prohibidas, hasta los curas insurgentes que tomaron las armas para pelear por la Independencia.

En sus páginas “palpitan las repúblicas de indios, sustrato de las actuales luchas por las autonomías, y el temple democrático de la cultura comunalista del cabildo abierto, tan amenazada por quienes pretenden sustituir a la res publica y sus ciudadanos, por empresas consagradas a atender eficazmente a sus clientes”.

Bicentenarios inconclusos

La investigadora Marta Eugenia García Ugarte dijo que los libros con una mirada a la América española son escasos; tampoco abundan trabajos sobre la participación de los dominicos en la insurgencia, pese a los estudios publicados por esa orden. Este singular volumen también se distingue por el perfil de los 28 autores, puesto que estudiantes y egresados de la licenciatura, maestría y doctorado de programas humanísticos comparten honores con profesionales de la historia.

Según el historiador Álvaro Matute, resultaría interesante hacer pesquisas con otras órdenes religiosas, al menos los franciscanos, y desde luego el clero secular. Agregó: La conmemoración del año pasado, pese a que hubo llamadas de atención al respecto, no puso demasiado énfasis en la tendencia continental, lo cual nos recuerda que los bicentenarios no han concluido.