Jueves 7 de abril de 2011, p. 36
Menos de una semana después de que tomó posesión de una de las diócesis de Culiacán, Sinaloa, una de las más afectadas por el crimen organizado, el obispo Jonás Guerrero Corona ofició ayer por la mañana una misa de acción de gracias en la Basílica de Guadalupe junto con los obispos y vicarios miembros del Consejo Episcopal de la Arquidiócesis de México. En la homilía, el jerarca subrayó: Voy a Culiacán con sus puntos débiles y sus fortalezas, con sus luces y sus sombras; hoy ninguna comunidad es fácil, ninguna parroquia es sencilla, ningún ministerio en la Iglesia es cómodo. Al contrario
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