Frente a la disputa por el control monopólico de los servicios de telecomunicaciones no sólo llama la atención la ausencia del Estado mexicano para regular un sector estratégico para el desarrollo del país; es preocupante su renuncia a establecer reglas claras y hacerlas cumplir, afirmaron investigadores y activistas en pro del derecho a la información y la libertad de expresión.

Tras darse a conocer las negociaciones de Televisa con Iusacell para que aquélla tenga acceso a la telefonía movil en el país, aseguraron que, sin regulación alguna, los empresarios del sector caen no sólo en una creciente irresponsabilidad social al seguir concentrando en muy pocas manos los servicios de telecomunicaciones; también son incongruentes con su propio credo sobre las bondades del libre mercado y la competencia en la oferta de bienes y servicios.

Miguel Concha, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, señaló que ante la consolidación del control de una pequeña elite sobre el espectro radioeléctrico y de las telecomunicaciones, cabe preguntarnos dónde está el gobierno mexicano y sus instituciones para garantizar que no se siga por el camino de la concentración de medios y servicios. Por qué la Comisión Federal de Competencia no actúa.

Es contradictorio, agregó, que bajo un modelo de desarrollo capitalista como el que han impuesto, no se respeten sus propios criterios de que a mayor competencia, mejores precios y servicios, pero lo que vemos en este país es justamente la eliminación de esta participación plural, y la consolidación de un esquema monopólico.

Javier Esteinou, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en medios de comunicación, señaló que es asombroso cómo los intereses de los monopolios que anteriormente habían sido enemigos ahora deciden unirse con objeto de enfrentar a otro gran monopolio que es Teléfonos de México, lo que refleja que en el fondo no quieren que exista ninguna competencia.