Primero en la embajada de Colombia, padres, familiares y amigos de los estudiantes mexicanos ultimados en 2008 en Sucumbíos, Ecuador, manifestaron su repudio contra el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez.

Luego en la Procuraduría General de la República (PGR), los padres de los jóvenes asesinados, Soren Avilés, Juan González, Verónica Velázquez, Fernando Franco, y de la única sobreviviente, Lucía Morett, exigieron justicia y la detención –con base en la Constitución mexicana y el Código Federal de Procedimientos Penales– de Uribe, quien incurrió en crímenes de lesa humanidad al ordenar el bombardeo de un campamento de las FARC en esa provincia ecuatoriana donde se encontraban los jóvenes mexicanos.

Uribe, de visita en el país para dictar una conferencia sobre Educación y valores para la convivencia pacífica, en el contexto del 90 aniversario de la Secretaría de Educación Pública, usa estos actos para ocultar sus manos manchadas de sangre y para mantenerse en la impunidad, dijeron padres, familiares y estudiantes de la UNAM, quienes exclamaron: ¿Por qué, por qué los asesinan si son la esperanza de México y América Latina?

En el acto, los agraviados enviaron un abrazo al poeta y periodista Javier Sicilia, así como a su familia, tras condenar el asesinato de su hijo Juan Francisco Sicilia, de tan sólo 24 años de edad. Nos llena de indignación el asesinato de nuestros jóvenes. Entendemos y compartimos su dolor y su coraje. Exigimos justicia, exclamó Jorge Morett.

Agregó: Es también indignante que Lucía no pueda hacer vida pública en su propio país, por el temor a ser detenida a petición de la Interpol, mientras Uribe se pasea aquí.

En la sede de la embajada de Colombia, los padres de los jóvenes asesinados y de Morett cuestionaron el vínculo del gobierno mexicano con Uribe y advirtieron que aun cuando la gestión de Felipe Calderón los ha ignorado y relegado, seguiremos firmes en nuestras protestas hasta lograr que se nos haga justicia.