Para Mumia Abu-Jamal, el activista afroestaunidense y quien desde hace casi tres décadas permanece en el corredor de la muerte de una prisión en Pensilvania, lo que el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos logró fue la separación de los negros de la clase obrera de los negros burgueses, lo que resultó en la separación de los negros prósperos de sus primos pobres en áreas céntricas y degradadas de las ciudades. Y advirtió que la elección del primer presidente negro en el país ha despertado y envalentonado a las fuerzas derechistas estadunidenses.

El próximo 24 de abril, Mumia Abu-Jamal cumplirá 57 años. Habrá pasado 29 años, cuatro meses y 13 días en prisión, más de la mitad de su vida. Y este año enfrenta una nueva amenaza de ejecución. El sistema de justicia de su país lo mantiene en prisión mediante un juicio plagado de irregularidades; está acusado de haber asesinado en Filadelfia al policía Daniel Faulkner, el 9 de diciembre de 1981. Amnistía Internacional ha documentado ampliamente el racismo y la injusticia imperantes en su proceso.

Luego de casi un año de gestiones, este ex miembro del Partido Pantera Negra concedió por escrito la primera entrevista a un medio mexicano. En ella habla de la necesidad de la organización social, de los partidos políticos sirvientes del capital, de la pertinencia de los movimientos autónomos y la trascendencia de los planteamientos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Mumia, quien comenzó su activismo en el Movimiento de Liberación Negra en 1967 y un año después se incorporó al Partido Pantera Negra, afirmó que actualmente la mayoría de los partidos políticos, especialmente en la metrópolis, se han vuelto descarados sirvientes del capital. Por eso compiten entre sí al servicio de la riqueza, sin siquiera fingir que representan a la gente. Y, citando al historiador francés De Tocqueville, señaló: el ciudadano estadunidense no conoce una profesión más alta que la política porque es la más lucrativa.

Afirmó que la situación de los afroestadunidenses es alarmante. Y explicó, para millones de niños y niñas en los guetos de las ciudades de Estados Unidos, el índice de abandono de los estudios es de 50 por ciento. En algunas ciudades, como Baltimore, me dicen que es casi de 75 por ciento. Y en muchos casos los que logran recibirse del bachillerato no pueden entrar a la universidad porque han recibido una educación deficiente. ¡Estamos hablando de niñas y niños! Y mientras el índice oficial de desempleo a escala nacional es de alrededor de 7 por ciento, para la América negra es casi 35 por ciento y ¡para los jóvenes 60 por ciento! Además, los jóvenes negros están sujetos a la violencia policial abierta, brutal y mortal, pero es raro que un policía sea castigado por sus actos.

Los afroestadunidenses, señaló, no tomaron el poder cuando eligieron a (Barack) Obama. Pero, alude a Franz Fanon, “en el contexto del continente africano, el colonialismo fue sucedido por el neocolonialismo y los negros ocupan puestos pero no tienen poder. Están en deuda con los mismos intereses que controlan a los políticos blancos. De hecho, la triste realidad es que los negros pueden tener menos poder que antes, porque los políticos son menos capaces de atender los asuntos relevantes para la población negra por temor a ser tachados de ‘racistas’ por los medios corporativos”.

Ahora, advirtió, la elección de Obama ha despertado y envalentonado a las fuerzas derechistas y racistas, muchas de las cuales se encuentran en el movimiento Tea Party. Hay políticos que cantan alabanzas a la Guerra Civil (1860-1865) desde la perspectiva sureña. Hace unos días, el gobernador de Misisipi estaba dispuesto a honrar con una placa para autos a uno de los fundadores del Ku Klux Klan, el general Nathan Bedford Forrest, quien fue responsable de la tortura y asesinato de cientos de soldados negros en un lugar llamado Fuerte Pillow.

Reveses del nacionalismo negro

Señaló que por la historia de los Panteras Negras, que en la década de los años 60 organizaron el derecho a la autodefensa ante las políticas racistas y la brutalidad en las comunidades negras, hay bastante interés entre los jóvenes negros, pero pocos conocen los detalles históricos porque los maestros en las escuelas y los medios de comunicación enfatizan el triunfo del movimiento de derechos civiles que hizo posible la elección de políticos negros, pero el movimiento nacionalista negro ha sufrido reveses.

Mumia dijo estar totalmente de acuerdo con el EZLN en la idea de organizarnos al margen de los partidos políticos y de la clase política. De hecho, afirmó, esto puede ser lo único que mantenga a los movimientos sociales frescos y libres de las trampas de la corrupción, tan común en la vida política en todas partes del mundo. Creo que debemos explorar, probar y si resulta posible utilizar esta manera de organizarnos.

Y al hacer la comparación entre la lucha del EZLN y los Panteras Negras, opinó que el factor que une las dos formaciones es su insistencia en que la gente de todas las condiciones sociales pueda desempeñar un papel importante en los movimientos sociales para el cambio. Muchos de los movimientos del nacionalismo negro de los años 60 criticaron a los Panteras Negras por trabajar con gente blanca (también trabajaban con activistas chicanos, puertorriqueños, japoneses y chinos). La convocatoria zapatista siempre ha sido al mundo entero de color, de género, de clase, etcétera. Creo que ese aspecto global es, en el fondo, su aspecto más humanista y el que atrae a los sectores más amplios de la familia humana.

Incansable luchador y escritor, incluso desde la cárcel de Waynesburg, en Pensilvania, Mumia Abu-Jamal sostiene que hace falta mucha gente para hacer una revolución, y también mucha gente para sostenerla.

Traducción y colaboración: Amigos de Mumia México

Entrevista completa en www.desinformemonos.org