La obra del ex disidente checo Václav Havel evidencia la obsesión por poseer bienes materiales
lavado de cerebro
Fue escrita en 1976, cuando el neoliberalismo no era predominante
Extrañamente, el original me parece más cercano al libre mercado que al comunismo
, afirmó el director David Psalmon
Domingo 3 de abril de 2011, p. 2
La sorprendente vigencia de la obra del dramaturgo, antiguo disidente y ex presidente checo Václav Havel llega a México mediante la puesta La inauguración, en la que se hacen evidentes la vaciedad y la ridiculez humanas de hoy, causadas por el predominio del conformismo, el individualismo, el consumismo, las apariencias y la obsesión por demostrar el progreso
material propio.
La sorpresa se explica porque La inauguración –segunda entrega de una trilogía– fue escrita por Havel en 1976, durante la hegemonía del modelo socialista
en la entonces Checoslovaquia, cuando el neoliberalismo y la globalización aún no sentaban su predominio, totalitario.
Es decir, fue escrita algunos años después de la Primavera de Praga de 1968, más de una década antes de la caída del Muro de Berlín y de la Revolución de Terciopelo de 1989, así como de la separación en dos repúblicas en 1992: Checa y Eslovaca.
La sinopsis es muy esclarecedora: una pareja clasemediera inaugura su nueva casa e invita a su mejor amigo para mostrarle la felicidad
en la que viven, sustentada en la capacidad de adquisición de bienes materiales y en las convenciones sociales dominantes. La pareja tratará de convencer a su amigo –un escritor con otras motivaciones existenciales– de que vive en el error y que debería sumarse al modelo de vida correcto
. Mediante el impúdico exhibicionismo de su vida, como si fuera un espectáculo y su amigo un espectador, todo se exacerbará hasta el punto del autoritarismo y del berrinche neurótico ante la resistencia –relativa– del invitado.
Si con La inauguración Havel (1936) quizá sólo pensó en la clase media privilegiada por la burocracia antidemocrática de entonces, ahora podría pensar además en las clases medias burguesas de los actuales tiempos de la homogeneización cultural.
Extrañamente, el texto original me parece mucho más cercano al libre mercado que al comunismo
, dice en entrevista el director de la puesta, David Psalmon, francés radicado en México, y agrega: Havel es de esos opositores al sistema comunista autoritario que tiene realmente una filosofía y un fondo profundamente de izquierda. Es un disidente con ojo crítico a un sistema que se volvió totalitario
.
Recuerda que aunque Havel nunca se ha asumido socialista, sí está muy cercano a esos ideales y ha marcado distancia con las políticas neoliberales que hoy se aplican en la República Checa.
Es un mediador entre los dos universos, que cree que se pueden buscar alternativas en las cuales esos dos sistemas quizá puedan compenetrarse a partir de sus aspectos positivos
, considera Psalmon, quien comenta que sólo hizo pequeños ajustes al texto original y conservó la esencia de los planteamientos de Havel.
Psalmon, quien charla después de un ensayo de La inauguración, que asegura es la primera vez que se monta en México, interpretada por Nailea Norvind, Hernán Mendoza y Sergio Ramos, agrega: Esa pareja es el colmo de la superficialidad. La esposa (Vera) es incluso un bien de consumo más para él (Michael). La mujer se ha convertido en un objeto en el capitalismo moderno. Es muy agresiva la manera en la que se presenta a la mujer en esta obra, pero creemos que al hacerlo así se generarán reacciones en el espectador. Eso es lo que importa: con qué saldrá del teatro y cómo verá a su propia sociedad después de haberse enfrentado a esa pareja absolutamente aterradora
.
La obra, señala, es una crítica a los intentos de lavado de cerebro
, de borrar el derecho a la diferencia y de generar un pensamiento único. Por eso nos parece profundamente simbólico que esta obra suceda en la Universidad Nacional Autónoma de México
.
La inauguración se estrenó el viernes primero de abril; estará en temporada hasta el 3 de julio, de jueves a domingo, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).