Guadalajara, 31 de marzo. El maestro José Agustín platicó con La Jornada a propósito de la presentación de la cinta Abolición de la propiedad, dirigida por Jesús Magaña y basada en el texto homónimo del cronopio de la literatura de la onda, quien afirmó que varios de sus guiones de cine fueron bloqueados durante la década de los 70: Era un cliente de la censura en México.

Dijo que entre las obras que terminaron en el archivo muerto, por la censura, se encuentran las adaptaciones de De perfil, inspirada en la novela de 1966, y Abolición de la propiedad, basada en la obra de teatro de 1969, la cual por fin ve la luz en el 26 Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Otras obras que fueron bloqueadas, comentó José Agustín, fueron Se está haciendo tarde, cuyos derechos para ser llevada al cine ya estaban comprados, y Amor del bueno, también con derechos vendidos.

Compite por el Mayahuel

Abolición de la propiedad, que llega al cine luego de cuatro décadas de haber sido escrita, compite por el premio Mayahuel a la mejor película mexicana en el certamen tapatío.

José Agustín (Acapulco, Guerrero, 1944) explicó que Abolición de la propiedad fue una de las adaptaciones que más le bloquearon los funcionarios de entonces de Radio Televisión y Cinematografía (RTC). Incluso el director de esa dependencia de ese entonces me mandó decir que mientras él es estuviera ahí jamás íbamos a poder hacer la película, precisó el autor de El rey se acerca a su templo.

Aseguró que tiene en su poder los informes de RTC en los que se prohibía filmar sus guiones, con base en argumentos absurdos y por razones políticas, disfrazadas por elementos morales, según expuso.

José Agustín dijo que toma la censura con mucha sabiduría; yo sabía el contexto que imperaba aquí: no trataba de pelear demasiado ni ponerme con Sansón a las patadas; tampoco me resignaba.

El escritor recordó que fue uno de los primeros ciudadanos mexicanos en interponer un juicio contra la censura en el entonces llamado Tribunal de lo Contencioso.

José Agustín participó directamente en el texto de Abolición de la propiedad. Recordó que lo escribió en 1969, cuando atravesaba una etapa difícil de su vida.

Afirmó: El texto me sorprendió desde que lo escribí. Ha tenido buena fortuna, sobre todo en el teatro, pero de alguna manera siempre tuve ganas de ver cómo podía funcionar en el cine la elaboración del libro, que fue sumamente terapéutica; me exorcizó, me permitió sacar todas las cosas que tenía adentro y andar por la vida, en cierta forma, con relativa tranquilidad.

Humberto Bustos interpreta a EverioFoto Arturo Campos Cedillo

Agustín concluyó: El texto me parece fascinante, creo que si se ve el contexto en el que está escrito, 1969, se entiende cuál es el origen de todos los problemas que yo puedo enfrentar en mis relaciones interpersonales y en mis relaciones sociales y políticas, con mi entorno. No había encontrado ningún guión que hablara de esta manera. Hubiera sido descabellado negarme a participar en esta película, cuando no existía ningún guión que hablara de esas cosas; espero que les sirva a las nuevas generaciones.

El autor de la novela La tumba estudió cine en el Centro de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México y escribió los guiones de las películas Cinco de chocolate y una de fresa, dirigida por Carlos Velo, en 1967; El apando y El año de la peste, de Felipe Cazals, y La viuda de Montiel, del cineasta chileno Miguel Littin.

Respeto a la obra literaria

El cineasta Jesús Magaña Vázquez comentó: “Como recordará el sagaz lector, el leitmotiv de Abolición de la propiedad son las conversaciones que misteriosamente fueron registradas en una grabadora de audio antes de que éstas ocurrieran. En la realización de esta cinta, que maneja varias metáforas de aspectos cotidianos de la vida, se abordaron los textos de la misma manera que se hace para las obras de teatro; se buscó respetar enteramente los diálogos de la obra literaria”.

Agregó: “Es una novela que tiene estructura de obra de teatro, pero descrita desde la primera persona, de Norma (interpretada por la joven actriz Aislinn Derbez). Me gustó mucho el texto, es un libro que leí hace más de 12 años y desde entonces empecé a hacer la adaptación de este guión, antes de que hiciera Eros una vez María, que es mi película más reciente”.

Dijo que lo que más le gustó, además del hecho de que dos jóvenes se conocieran con la ayuda de la grabadora, es el contexto reflexivo que sucede entre Everio (personificado por Humberto Bustos) y Norma.

Ambos personajes realizan representaciones sobre las relaciones de pareja y de poder, así como de distintas ideologías. Todo esto se desarrolla en el interior de un sótano, en el que se encuentra la grabadora que registra anticipadamente una parte de lo que ocurrirá con los dos, refirió el cineasta Jesús Magaña Vázquez.