El tráfico ilícito de flora y fauna silvestre es la tercera fuente de comercio ilegal en en México, afirmó Luis Fueyo Mac Donald, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), quien destacó que con la aplicación del programa Vigilancia comunitaria, en una década se logró reducir 67 por ciento de la compra ilegal de especies en las territorios resguardados, gracias a la participación de comunidades campesinas e indígenas locales.

Se trata, indicó, de involucrar a los pobladores para que participen en tareas de patrullaje y denuncien cualquier esquema de sustracción de ejemplares o redes de tráfico ilegal; sin embargo, admitió que aún hay especies en peligro, pues el ecosistema más vulnerable a este tipo de delitos es la selva tropical.

México cuenta con 174 áreas naturales protegidas, que suman poco más de tres millones de hectáreas que están bajo acciones específicas de vigilancia y protección, no sólo contra el tráfico ilegal de fauna silvestre, sino también contra riesgos de incendios forestales y tala clandestina.

En cuanto a daños por incendios en estos sitios, dijo que en lo que va del año mil 609 hectáreas se han visto afectadas, tanto de bosques como de selvas y humedales, aunque insistió en que se cuenta con estrategias de conservación para enfrentar con mejores niveles de respuesta este tipo de fenómenos.

Las comunidades que viven en áreas naturales protegidas están organizadas para detectar en el menor tiempo posible un incendio e informar al respecto, con lo que se genera un plan de intervención inmediata y reducción de posibles daños, dijo.

Sobre la sustracción ilícita de fauna silvestre, la falta de normatividad, dijo, propició que se crearan corredores de tráfico ilegal en distintos estados del país, pues a pesar de que en algunas especies, como en el caso de los pericos, se contaba con cierta regulación, se llegó a una sobrexplotación, pues se llegó a detectar permisos apócrifos, lo que se frenó con una regulación que prohíbe cualquier tipo de venta o sustracción de su hábitat natural de esta especie, pero también del águila real, iguanas, perrito de la pradera y borrego cimarrón, entre muchas otras.