Miércoles 30 de marzo de 2011, p. 3
Bin Jawad, 29 de marzo. Después de llegar tan cerca de su objetivo, la ciudad de Sirte, tierra natal de Muammar Kadafi y lugar estratégico para acceder a Trípoli, los rebeldes libios retrocedieron 160 kilómetros este martes. Algunos comandantes, amargamente decepcionados, se habían resignado a aceptar que la victoria podría no ser posible, y que tal vez ha llegado el momento de declarar un cese el fuego.
Pero un grupo de combatientes que se autodenominan los Mujaidín, fueron muy enfáticos al condenar tal pesimismo. Al grito de Alá Akbar (Dios es grande) se arrojaron contra el fuego enemigo y exhortaron a otros a hacer lo mismo. Los hombres provenientes de Derna tomaron nuevamente el liderazgo como lo han hecho en tantas batallas recientes.
Derna tiene la reputación de ser la ciudad libia más devota al islam, fue acusada por Kadafi de desempeñar el papel central en lo que llamó el plan de Al Qaeda para terminar con su mandato
. Según ha afirmado repetidamente el régimen, el líder revolucionario del movimiento ha conocido y ha sido elogiado por Osaba Bin Laden y fue entrenado en los campos de terror
de Afganistán.
Los intentos del régimen libio de explotar los temores de Estados Unidos y Europa al terrorismo han fracasado. Pero al tiempo que este martes se inauguró una conferencia sobre el futuro de Libia , se transparentó una confusión en torno a cuál es la causa de que Occidente esté apoyando esta guerra civil. El comandante de las fuerzas de la OTAN, el almirante estadunidense James Stavridis indicó: Hemos visto chispazos del potencial de inteligencia de Al Qaeda y Hezbolá. Notamos diferentes cosas, pero en este punto no cuento con suficientes detalles para decir que existe (en Libia) una presencia significativa de Al Qaeda o de cualquier otra presencia terrorista
.
La realidad en el terreno bélico es que el movimiento de protesta es un organismo más complejo y polimorfo. Mientras la clase intelectual de Bengasi habla apasionadamente sobre el deseo de democracia, los derechos civiles y el pluralismo, la fuerte motivación de los que están en la línea de fuego es una inamovible fe en el islam y en la convicción de Kadafi y sus secuaces son apóstatas. También está el hecho de que ha disminuido el número de soldados que en un principio desertaron para unirse a las filas rebeldes, por lo que tiende a incrementarse el número de rebeldes que abrazan la doctrina fundamentalista.
Pese a esto, la milicia Grupo Combatiente Libio Islámico que formalmente abandonó la lucha armada en 2009, que llevó a que muchos de sus miembros encarcelados fueran puestos en libertad. Este convenio fue obra en parte de Saif Kadafi, el hijo del gobernante, quien llevó a cabo un proceso de diálogo de dos años.
Pero en lugar de señalar a un obvio grupo militante local y recalcar en la escasa evidencia de que las acciones rebeldes podrían estar organizadas por Al Qaeda, el régimen se ha concentrado en Derna. La ciudad tiene la tradición de enviar voluntarios para la jihad. En 2007, fuerzas estadunidenses en Irak encontraron una lista de combatientes extranjeros: de un total de 112 provenientes de Derna, con su población de 48 mil habitantes, había enviado a 52.
Abdul Hakim Hasidi, quien tomó el puesto de jefe de seguridad
en Derna al comienzo de la insurrección del 17 de febrero, pasó cinco años en Afganistán, donde supuestamente se encontró con Bin Laden frecuentemente, según informes de la inteligencia estadunidense de esos días. Las reuniones tenían lugar en un campo de entrenamiento usado tanto por el talibán como por miembros de Al Qaeda.
Hasidi afirma que tiene bajo su mando a mil 200 combatientes en el grupo conocido como los Shabaab, lo cual los convertiría en el mayor contingente revolucionario que opera hoy en Libia. Él personalmente ha encabezado batallas en Bin Jawad y Ras Lanuf.
Sin embargo, no es fácil precisar detalles sobre posibles nexos entre Hasidi con la militancia islámica. Durante una reciente reunión en Derna, se mostró reticente a hablar sobre su estancia en Afganistán y sus supuestas reuniones con Bin Laden. Dejó claro que él no es miembro de Al Qaeda ni comparte su ideario. Hasidi rechazó dar detalles de la impresión que le hizo Bin Laden. Tenía buenos puntos
, señaló, antes de decir que son puros cuentos
las versiones de su supuesta relación con el líder de Al Qaeda.
Insistió, sin embargo, en que es miembro del consejo regional de Bengasi, ligado a la administración que hoy ha sido reconocida por algunos estados como el gobierno legítimo de Libia y cuyos miembros asisten a la cumbre en Londres.
El profesor de 45 años insistió en que no quiere la talibanización
de Libia. Afganistán es un país muy diferente
, dijo. “En Libia tenemos una situación propia y yo soy miembro de un consejo formado por todo tipo de personas. Si quisiera tener un Estado como el talibán ¿me habría unido a este organismo? Ya somos un país musulmán y debemos seguir la senda del Islam. No necesitamos traer ideas extranjeras de cómo ser musulmanes. Ni siquiera soy maestro de religión; imparto geografía y no ‘geografía terrorista’”.
Hasidi rehusó discutir quién le dio entrenamiento en armas en Afganistán, pero admitió: ¡Sí, yo estuve ahí. No me gustaron los ataques estadunidenses de (2001) porque fueron injustos. Muchos civiles, mujeres y niños murieron por las bombas arrojadas desde el cielo. Odiamos a Estados Unidos por lo que hicieron. Aceptaremos su ayuda contra Kadafi, pero no podemos olvidarnos de lo que hicieron!
El régimen de Trípoli, señaló, sólo intenta satanizar a sus detractores. Fui prisionero político en Libiay lo único que quiero es justicia para nuestra comunidad. ¡El pueblo apoya la revolución del 17 de febrero y es por eso que los nativos de Darne ahora estamos luchando en todas partes!
La administración provisional de Bengasi también advierte a la gente no dejarse manipular por la propaganda del régimen. Abdel Hafez Ghoga, jefe adjunto de la organización, dijo: ¡Hablar de Al Qaeda e islamitas es algo que Kadafi está usando sólo par salvarse, son sólo palabras pero nadie las cree más!
Un combatiente de Darne en el poblado de Ras Lanuf también se mostró contundente al negar cualquier trato con el terrorismo. ¡No somos Al Qaeda!
, fueron las primeras palabras de Jaled Arshad Alí mientras limpiaba el mecanismo de disparo de un arma antiaérea. ¡Somos mujaidines. Estamos aquí para luchar por Libia y contra nadie más. Somos musulmanes y en esta tierra todos somos sunitas. Sabemos que a Kadafi le pagan los judíos. Sabemos que Israel le está dando armas especiales. Él no es un musulmán digno y es nuestro deber combatirlo
.
El contingente de Derna se ha ganado una temible reputación en este conflicto. En Ajdabiya, los Shabaab han capturado a tres hombres que, afirmaban, luchaban a favor del gobierno. Dos de ellos, provenientes de Chad, admitieron
ante sus captores que autoridades en Trípoli les prometieron dinero, un departamento y la nacionalidad libia a cambio de combatir a los terroristas
. El tercer cautivo era tunecino, según los Shabaab, pero les rogó que creyeran que era libio.
Los tres hombres capturados estaban unidos por su terror a los hombres de Derna. Uno de los originarios de Chad, Asil Hussein Baqua, susurró: ¡No queremos estar aquí cuando vengan lo de Derna, los hombres barbados. Cuando estuvimos en Trípoli nos contaron que son fanáticos y que no debíamos caer en sus manos!
En Derna, la gente que asevera que no son militantes señalan que la represión contra sus habitantes ha llevado a algunos al extremismo. Más de cien originaros de la ciudad estaban entre los mil 200 asesinados cuando el gobierno de Kadafi aplastó la rebelión en la prisión de Abu Salim en 1996. Las fotografías de esos mártires
han sido colocadas en muros de mezquitas y edificios públicos de toda la ciudad.
Esto fue nuestro Abu Ghraib, pero peor
, afirmó el arquitecto Amer Basthi en relación al motín carcelario. Tantas familias han perdido a alguien. Existe una sensación de ira que nunca se superó y ahora ha encontrado una salida
.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca