Presentó Everardo González El cielo abierto en Guadalajara
El asesinato de monseñor Romero detonó la guerra civil en El Salvador
Miércoles 30 de marzo de 2011, p. 9
Guadalajara, 29 de marzo. El realizador Everardo González presentó su nuevo documental El cielo abierto en el 26 Festival Internacional de Cine en Guadalajara. En entrevista con La Jornada señaló: Comenzó como un proyecto para conmemorar el 30 aniversario del asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero, pero durante la investigación decidí hacer una película sobre el proceso de transformación que sufrieron tanto el sacerdote como el pueblo salvadoreño, que desembocó en su muerte y en el estallido de la guerra civil como destino inevitable
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Dijo: Descubrí todo sobre monseñor Romero. Sabía que había sido defensor de los derechos humanos, pero no que fue un sacerdote reaccionario, impuesto por el Vaticano para frenar la teología de la liberación. No sabía que construyó su mito en sólo tres años ni que él enfrentó una muerte anticipada. Tampoco había reflexionado sobre cómo un hombre es capaz de transformar a un pueblo entero. Los dos tenían un destino trágico y se acompañaron. En la cinta planteo que el asesinato de Romero es el detonante de la guerra civil en El Salvador
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Corazón de la cinta
Señaló: “El corazón de la película está en Óscar Arnulfo Romero, en lo que su figura provoca sobre todo en este tiempo en que la Iglesia es tan cuestionada.
Además es una película empática, pues te pone en los zapatos del otro en momentos en que hay que tomar decisiones sobre asuntos complicados. Cuando monseñor Romero sabe que va a ser asesinado, hace que uno se pregunte qué haría en esa situación. Eso nos sacude a todos. Es algo que toca al espectador.
Everardo González comentó que la importancia de su proyecto radica en conocer a algunos de los personajes que inspiraron la transformación de Romero y que recibieron consuelo de su palabra,“hombres y mujeres que también sufrieron un proceso de transformación profunda: campesinos que decidieron organizarse, sacerdotes que encontraron en la teología de la liberación una opción más coherente de trabajo pastoral, catequistas que pasaron de las reuniones de lectura bíblica a la clandestinidad, soldados de las fuerzas armadas salvadoreñas que optaron por unirse a los movimientos guerrilleros, sacerdotes que se debatieron en el concepto de ‘guerra justa’ y decidieron tomar las armas.
Los últimos años de la vida de Óscar Romero fueron decisivos para la Iglesia católica, ya que en esos años algunos de sus miembros optaron por desafiar al poder, en pro de los más desprotegidos de la sociedad latinoamericana, y luchar por la justicia, la libertad y la vida.
González dijo que Romero sabía al menos tres años antes que iba a ser silenciado. La película hace un recorrido por ese tiempo, por medio de las homilías grabadas, el diario personal del sacerdote y sus cartas, que permiten conocer sus sentimientos más profundos, como la desesperación, la indignación y el miedo. Lleva al espectador a sentir cómo se consolidó el movimiento de liberación nacional en El Salvador.
Además, El cielo abierto contienen gran cantidad de imágenes obtenidas en la década de los 80 por la productora Bertha Navarro, a quien Everardo González agradeció las facilidades que le dio para utilizarlas en el documental.
Generosa confesión
González agregó: “El proceso de investigación nos llevó a la provincia de El Salvador donde hallamos las voces que narrarían la película. Ese momento era la primera vez que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ganaba la presidencia y el momento justo para que quienes habían tenido que callar su historia la compartieran con nosotros en una generosa confesión.
“Se estima que la guerra dejó 75 mil muertos y desaparecidos, en su mayoría civiles. La reconstrucción de ese país se ha prolongado hasta nuestros días y el tejido social ha tenido que reinsertar a los ex combatientes y ex militares en un mismo espacio de convivencia. Los herederos de la guerra, y al mismo tiempo de las armas, se han organizado en las maras y han convertido al país en una de las sociedades más violentas del mundo.
Esta película intenta llevar un mensaje de conciliación, de alguna manera la principal preocupación de Monseñor Romero, e invita a reflexionar sobre el papel que desempeña la Iglesia en la actualidad en los procesos latinoamericanos.
Respecto a la polarización de la sociedad salvadoreña, consideró que una cámara hace vulnerable a quien la maneja. “Tenemos que asumir que lo que hacemos nos hace vulnerables; no podemos evitar que eso suceda, como en mi caso con Los ladrones viejos, o en el de Christian Poveda, que fue asesinado en El Salvador”.