Ante la debilidad y entreguismo de Felipe Calderón, en los hechos, México está intervenido por el gobierno de Estados Unidos, que al no encontrar resistencia alguna, actúa incluso con soberbia. Quieren avanzar en el control del petróleo, sus aviones sobrevuelan el espacio aéreo para espiar, sus agentes andan armados aquí y todavía se permiten hacer experimentos para mandar armas a territorio nacional, que encienden aún más la violencia provocada por el crimen organizado, advirtió Manuel Bartlett Díaz.

El ex secretario de Gobernación y ex legislador del PRI comentó que en su larga carrera política no había visto antes una actitud de subordinación tal ante Estados Unidos.

“Los cables de Wikileaks publicados por La Jornada son muy importantes, pues muestran lo que pasa: una cada vez más abierta intervención de Estados Unidos, que se apodera con rapidez de los mandos de este país”.

Bartlett consideró que el Senado debe actuar con mucha firmeza para frenar a Felipe Calderón. No basta con la condena que se hizo a la política exterior en días pasados, cuando compareció esa canciller buena para nada; los senadores deben hacer uso de sus facultades constitucionales en política exterior, a fin de evitar más concesiones al poderoso vecino del norte.

Insistió: Es urgente frenar esa traición a la patria del gobierno panista de Calderón, que no se atreve siquiera a reconocer que sabía de la existencia y las consecuencias del operativo Rápido y furioso”.

Un hombre frustrado

El también ex secretario de Educación Pública consideró que la dirigencia del PRI ha sido cómplice de esa historia de infamias, de traiciones a la patria, que han ido destruyendo a Petróleos Mexicanos (Pemex), una empresa que costó muchos sacrificios al pueblo de México y ahora se entrega paulatinamente a trasnacionales. El petróleo es parte de esa entrega a los intereses de Washington, recalcó.

Nunca antes se había llegado a este extremo. Hay un gran giro nefasto en la historia de este país con Carlos Salinas de Gortari, quien inicia la apertura a través del Tratado de Libre Comercio, estableciendo una relación de sometimiento y de clara desventaja para México, pues acabó con el campo y la posibilidad de industrialización, pero ya la presencia abierta, desembozada, declarada por Estados Unidos, es verdaderamente grave.

Sin precedentes, el grado de abyección, dice Manuel BartlettFoto José Carlo González

A su juicio, la forma en que Calderón llegó a Los Pinos, cuestionado, sin legitimidad, lo convirtió en un presidente débil. “Eso, además de su entreguismo, le facilita todo a Estados Unidos. Barack Obama no sólo señala que han crecido las bandas del narcotráfico en México –sin la mínima autocrítica de que esto se debe al alto consumo de droga en su territorio y el nulo control en el tráfico de armas– sino que descalifica al propio Calderón”.

Bartlett refirió que en su reciente gira por El Salvador, el presidente de Estados Unidos se refirió a Calderón como un hombre frustrado, por el auge imparable del narcotráfico.

Hay que preguntar ¿qué calificación es esa?, porque Obama no lo trata como un hombre de Estado, como alguien que tenga el timón, sino como un frustrado. ¿Habrá querido decir desesperado? En fin, ese es el trato soberbio que acepta el gobierno panista.

Al igual que aceptan “esa locura de guerra contra el narco que Estados Unidos impuso y que no se resolverá, mientras ellos no limiten el consumo de drogas y el tráfico de armas y de dinero sucio”, recalcó el que fue también gobernador de Puebla.

Destacó que tanto en los cables de Wikileaks como en despachos de los principales periódicos de Estados Unidos hay versiones de funcionarios de alto nivel –como la recién publicada por el diario New York Times, en que se habla de Calderón como un nacionalista pero pragmático que ha autorizado vuelos espías y los agentes estadunidenses que andan armados en México, pero a quien le han autorizado que lo niegue, pues a los mexicanos no les gusta esa intervención.

Ese es el grado de abyección del gobierno panista y por eso no extraña que los senadores del PAN presenten una iniciativa para privatizar la petroquímica básica, la refinación y distribución de gasolina. Quieren ir más allá de la llamada reforma energética que aprobaron en el año 2008 y que permitió los contratos incentivados, que no son otra cosa que contratos de riesgo para permitir que extranjeros exploten el petróleo.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks