l pasado jueves 17 de marzo, el gobierno de Baja California publicó profusamente una carta en los diarios del mismo estado, en la cual el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, con la sensibilidad propia de un paquidermo, felicitaba al gobernador Osuna Millán por su apoyo a Sempra Energy en contra de la clausura que realizó el ayuntamiento de Ensenada a dicha empresa por violar las normas y leyes que facultan y obligan a actuar al edil.
El primer párrafo de la carta de marras dice textualmente: Con estas líneas deseo agradecerle el apoyo a Sempra durante el desafortunado incidente del 4 de febrero pasado. Me dio mucho gusto ver la importancia que le dio al asunto y las medidas positivas que el gobierno estatal tomó para prevenir el intento de clausura de la terminal LNG de Sempra Energy Costa Azul, que pretendía llevar el presidente municipal Pelayo. Los beneficios de la inversión de Sempra de 1.2 mil millones de dólares son diversos (sic) para Baja California, amén de la energía para ambos lados de la frontera, en Baja y en el sur de California y sirve como un símbolo importante de la colaboración transfronteriza. Sé que usted está consciente de la historia de la oposición local a la terminal LNG Costa Azul y aprecio en gran medida su apoyo al estado de derecho
.
Sólo en este párrafo el embajador expresa su ignorancia, hipocresía, ausencia diplomática y el andar en este tema como a 20 cuadras del desfile
. El evento de clausura no fue el 4 de febrero sino el 11 y al llamar al presidente municipal de Ensenada sólo por su apellido (Pelayo) y no por su nombre completo (Enrique Pelayo), en una carta de un embajador, expresa no sólo su mala leche
sino la ausencia del más elemental protocolo diplomático.
En su afán por defender a Sempra Energy, Pascual olvidó que dicha empresa cometió en el país que él representaba uno de los mayores fraudes energéticos de los que se tenga memoria, al simular desabasto para elevar los precios de las tarifas eléctricas hasta en mil por ciento, situación que generó un gran crisis donde uno de los efectos fue la dimisión del gobernador de California, Gray Davis. Al mismo tiempo desestimó el hecho de que Sempra Energy enfrenta un proceso de investigación en su propio país. El representante de California, Bob Filner, ha solicitado se abra una investigación ante el Federal Bureau of Investigation, el Departamento de Justicia de EU y ante la US Securities and Exchange Commission, por posibles delitos cometidos por dicha empresa durante su proceso de instalación en Ensenada.
Al tomar partido y cuestionar el legítimo derecho de la institución municipal –base de nuestro sistema federal– a sancionar a una empresa que violó la reglamentación establecida, el tono y la propia carta constituyeron una actitud intervencionista inaceptable que es atentatorio contra nuestra soberanía y contrario a una sana relación entre nuestras naciones, además de manifestar un pleno desconocimiento de la historia y de los anhelos de nuestros pueblos. La diplomacia es un arte que se estudia, se aprende y se emplea con suma sensibilidad y sutileza; no algo que no se puede realizar por medio del ensayo y el error.
Con dicha actitud, podría justificarse que, en reciprocidad, el embajador mexicano u otro diplomático felicite y tome partido en algún diferendo entre un condado y un estado de Estados Unidos. ¿Sería correcto política y diplomáticamente?
El embajador Pascual no tuvo que ir muy lejos por la respuesta, cuando el diputado José Narro Céspedes le contesta al día siguiente en una carta en La Jornada donde señala hago de su conocimiento, en relación con sólo uno de los tantos temas en los que la empresa Energía Costa Azul de Sempra Energy se ha visto involucrada, que en un acto vergonzoso desde el punto de vista del derecho nacional e internacional, esta empresa concretó una operación de compra venta el 31 de enero del año 2006 con una persona que aparece como vendedora, quien había fallecido en octubre de 2004, es decir, un año y cuatro meses antes de realizar dicha operación. ¿Es posible en Estados Unidos comprar o celebrar algún acto jurídico con los difuntos?
. Contra la base por bolas no hay defensa, el misil de Narro terminó por descomponer la ya de por sí desgarbada y cuestionada figura del ex embajador estadunidense.
Al siguiente día de esta carta Hillary Clinton anuncia el retiro del embajador.
Es evidente que la relación entre el embajador y las instituciones mexicanas se había deteriorado al extremo por la difusión de los cables de Wikileaks y la operación Rápido y furioso, entre otras acciones. Por ello resultaba inexplicable que en medio de un contexto nacional tan desfavorable, Pascual haya enviado una carta con ese tono y en ese momento. Una relación binacional a la vez tan profunda y delicada, demanda una gran sensibilidad y sobre todo respeto a las instituciones de la contraparte.
Al mismo tiempo es inexplicable que el gobernador de Baja California no haya advertido el momento en que, haciendo alarde de la felicitación, mandó difundir en todos los medios del estado una supuesta felicitación de un personaje que estaba confrontado con las propias autoridades federales emanadas de su partido, a los cuales incluso les cambió el color azul por el de grises
. Ojalá que con esta experiencia modifique su actitud frente al conflicto con Sempra Energy que, para salvarse, no dudara llevarse entre las patas
al que sea necesario, con tal de no verse afectado en sus intereses. Entre más pase el tiempo, la cuota de desgaste la pagará el PAN y el gobierno federal, lo cual es lo que menos le interesa a los directivos de Sempra, que así como han contratado a Lozano Gracia (quizá su experiencia con los asuntos de ultratumba de la paca Zetina), también han contratado los servicios del despacho del priísta Fernando Lerdo de Tejada y han nombrado como parte de sus directivos a los ínclitos Luis Téllez y Carlos Ruiz Sacristán, prohombres del zedillismo.
Por ello creo que la misiva del ex embajador Pascual defendiendo a Sempra no fue su última carta sino su epitafio diplomático en nuestro país.