Miércoles 23 de marzo de 2011, p. 28
Saná, 22 de marzo. El presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, cada vez más aislado tras las deserciones de diplomáticos, políticos y jefes del ejército, ofreció hoy dejar el cargo antes de lo previsto, después de organizar elecciones a finales de año, pero advirtió que cualquier intento de tomar el poder con un golpe de Estado llevaría a una guerra civil
.
La oficina de prensa de Saleh, cuyo mandato expira en 2013, anunció que el gobernante entregará el poder tras la realización de comicios parlamentarios a finales de 2011 y la elección, por parte de los diputados, de un mandatario en 2012, a fin de que queden conformadas las instituciones democráticas.
La oposición, sin embargo, exige su dimisión inmediata, así como la de varios de sus familiares que ocupan posiciones clave en los círculos de las fuerzas de seguridad del país.
Saleh advirtió que los que quieran escalar al poder mediante golpes de Estado deben saber que la patria no sería estable y habría una guerra civil
, y pidió a los desertores del ejército que reconsideren su decisión, mientras los embajadores en Qatar, Pakistán, Omán y España, y el cónsul en Dubai, abandonaron su puestos.
Lo mismo hicieron el director del sindicato de periodistas, Yasin Al Masudi, que dejó el partido gobernante y se unió a los manifestantes, así como periodistas del diario estatal 14 de octubre en Adén.
En Egipto, agentes de la policía incendiaron un edificio del Ministerio del Interior en El Cairo para exigir que sean atendidas sus peticiones de incremento salarial y cambio en la dirección de esa dependencia, lo que dejó ocho intoxicados.
Más de mil personas formaron una cadena humana alrededor de la mezquita en Deraa, al sur de Siria, por temor a que sea asaltada, mientras en Túnez un hombre se prendió fuego en la ciudad de Sidi Buzid, donde empezaron las revueltas en diciembre pasado que condujeron a la caída del régimen del presidente Zine Abidine Ben Alí.