La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue pionera en América Latina en la admisión de mujeres en las fuerzas armadas, en 1937, sólo después de Paraguay (1932). Sin embargo, la participación del sexo femenino en el Ejército Mexicano sigue siendo limitada, al grado de que, hasta la fecha, ninguna se ha dado de alta en alguna de las armas (infantería, caballería, artillería, blindados o ingenieros militares); únicamente forman parte de los servicios administrativos y de servicios.

De acuerdo con el Atlas Comparativo de la Defensa en América Latina y el Caribe 2010 e información proporcionada por la Sedena, el número de mujeres en promedio en el Ejército Mexicano es de los más bajos del área, ya que representa sólo 4.97 por ciento del total de sus 206 mil 311 elementos.

La cifra es inferior al porcentaje de las naciones latinoamericanas, en las que las mujeres alcanzan 7 por ciento en promedio, y muy por debajo de las que forman parte de la Armada de México, que son de 14.70 por ciento del total de sus elementos.

Si bien hay mujeres que ya están por graduarse de subtenientes del Ejército en el Heroico Colegio Militar y en la Escuela del Aire, hasta la fecha ninguna de las armas del Ejército cuenta con una oficial en sus filas; la mayoría de ellas participan en labores administrativas y de servicios (como médicos militares, dentistas y enfermeras).

Aun cuando hay una mujer con grado de general de división, ella es médico militar y por tanto no es oficial de arma; hay otras con grados inferiores, pero en la misma situación.

De acuerdo con fuentes castrenses, sólo una mujer realizó el curso inicial de fuerzas especiales este año –aunque no está encuadrada oficialmente en ninguna unidad–, y otra hizo su solicitud para participar en el curso que iniciará en las próximas semanas.

Apenas durante el presente sexenio, el alto mando castrense dio luz verde a la plena integración de las mujeres al instituto armado, lo cual se consolidó con la posibilidad de que cursen sus estudios en el Heroico Colegio Militar y en la Escuela del Aire. Se espera que este semestre se gradúe la primera camada de mujeres de arma.

En la Armada de México la situación es similar, aunque desde el sexenio pasado se graduó la primera y única piloto de guerra –quien por cierto dejó el servicio activo al poco tiempo–, además de que varias mujeres han tomado el curso de fuerzas especiales y participan de manera incipiente en operativos antidrogas, aunque mantienen su adscripción en el área administrativa y de servicios.

De acuerdo con el atlas, editado por la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (Resdal), los únicos ejércitos en el área que cuentan con mujeres en el servicio de las armas –en algunos casos con la excepción de fuerzas especiales– son: Colombia, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.

En otros casos, la participación de las mujeres es parcial, como es el caso de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Guatemala, Paraguay, Perú y Republica Dominicana.