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Wikileaks en La Jornada

En 40 días, este diario ha mostrado una realidad inocultable

Casi 3 mil cables desnudaron el intervencionismo de EU
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Operativo anticrimen a cargo de la Secretaría de MarinaFoto Ap /Archivo
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de marzo de 2011, p. 7

El pasado 10 de febrero, cuando en el país era ya inocultable la degradación de las relaciones entre Los Pinos y la embajada de Estados Unidos, La Jornada anunció que Wikileaks le había entregado el paquete México del Departamento de Estado, consistente en casi 3 mil cables, y ese mismo día empezó a difundir aspectos relevantes de la información contenida en ellos.

Dos semanas antes había llegado a la redacción del diario un archivo de poco más de 10 millones de caracteres, unas 8 mil páginas de texto corrido. La mera exploración de ese material requirió de una labor específica de programación y al equipo de reporteros designado para procesarlo le tomó un tiempo familiarizarse con el laberíntico sistema de clasificación y con los miles de abreviaturas y acrónimos empleados por el Departamento de Estado en sus comunicaciones internas. En los poco más de 40 días transcurridos desde entonces, La Jornada ha publicado lo siguiente:

10 de febrero: la estimación del ex cónsul estadunidense en Monterrey de que Nuevo León había escapado al control de Estado y caído bajo el de Los Zetas, y la conclusión de Carlos Pascual de que en México no había indicios de presencia terrorista que pudiera amenazar a Estados Unidos. Un día antes de que este diario hiciera público el cable correspondiente, la secretaria de Seguridad Interior del país vecino, Janet Napolitano, espantaba a congresistas de su país con una posible alianza entre Los Zetas y Al Qaeda.

El 12 de febrero, La Jornada divulgó el contenido de varios cables de Wikileaks en los que se consignaban los esfuerzos infructuosos de Tony Garza por incluir un pacto antiterrorista en la Iniciativa Mérida, un balance crítico –redactado con ironía por el ex embajador– sobre la gestión del presidente Vicente Fox y un apunte sobre una fallida mediación mexicana realizada en 2005 entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y Álvaro Uribe.

En febrero de 2009, la embajada de Estados Unidos en Guatemala reportó que el cártel de Los Zetas se había hecho del control de siete de los 22 departamentos que integran el territorio guatemalteco, como dio a conocer La Jornada el 13 de febrero pasado, día en que se publicó además un análisis de la legación estadunidense según el cual carecían de fundamento las acusaciones del gobierno de Colombia de que los estudiantes mexicanos que figuraron entre las víctimas del ataque colombiano a la población de Sucumbíos, Ecuador, hubiesen pertenecido a las FARC.

Otro reporte diplomático de 2009 consignó que, antes de los comicios federales de ese año, el gobierno de Calderón y los partidos políticos se pusieron de acuerdo para no divulgar las cifras sobre el crecimiento de la pobreza en el país hasta después de las elecciones.

La nota apareció en este diario el 14 de febrero, junto con una apreciación de la embajada estadunidense de que Washington había logrado institucionalizar en México su agenda de seguridad. También se publicó un reporte en el que se señala la vinculación de las privatizaciones del sexenio salinista con las fortunas de los multimillonarios mexicanos que aparecen en la revista Forbes.

El 17 de febrero, La Jornada divulgó dos cables del acervo de Wikileaks en los que la embajada reseña los problemas que enfrentan los consulados de su país ante el fenómeno de la falsificación y alteración de documentos oficiales para la obtención de visas.

Se consigna la inquietud estadunidense por el hecho de que algunas delegaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) estarían entregando pasaportes mexicanos a ciudadanos centro, sudamericanos y europeos, así como a mexicanos que se identificaron con documentos apócrifos.

Un día después, estas páginas dieron cuenta de que una dependencia de Washington espiaba a usuarios de redes sociales para detectar posibles intentos de fraude en la obtención de visas o de legalizar adopciones irregulares.

El 21 de febrero este diario dio a conocer el reporte enviado por Tony Garza a Washington, poco después de las elecciones de 2006, en el que reseñaba la debilidad del aspirante panista a la Presidencia e informaba que un equipo de la misión, bajo mi cargo, se involucrará activamente con el equipo de transición de Calderón para promover y hacer progresar las áreas que son prioritarias para nosotros.

Garza abordó también la preocupación del panista por la posibilidad de que el tema fronterizo y de migración le hiciera perder votos ante Andrés Manuel López Obrador y anotó la advertencia de Calderón de que tendría que hablar en términos críticos del muro fronterizo.

Ese mismo día se publicó que en diciembre de 2009 Hillary Clinton había ordenado un extenso escrutinio sobre la capacidad del político michoacano para gobernar, así como sobre las actitudes, capacidades y estado de salud de los integrantes de su gabinete. Se consignó, asimismo, un cable del mismo autor en el que reportaba que el expediente médico de Calderón había caído en manos de un cártel del narcotráfico.

El 26 de febrero se dio a conocer un reporte de los representantes diplomáticos de Wa-shington en Monterrey, en el que se recoge una conversación con el ex gobernador neoleonés Sócrates Rizzo, previa a los comicios de 2009: En la práctica sería imposible prevenir que la delincuencia organizada financiara candidatos.

La Jornada publicó, el 2 de marzo, los planes del gobierno de Obama para México en 2010: Ayudaremos al gobierno a consolidar las instituciones penales del poder civil y a retirar gradualmente a los militares de la vigilancia en las calles, tarea para la cual no tienen ni atribuciones legales ni capacitación.

En el documento respectivo se agrega que los enviados estadunidenses estamos trabajando discretamente con algunos legisladores para diseñar una nueva reforma judicial.

Ese mismo día se dio cuenta de un reporte de Pascual, en diciembre de 2009 –seis meses después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, en Honduras– en el que lamentaba del doble discurso del gobierno mexicano hacia Tegucigalpa, renuente a trasladar en declaraciones públicas firmes e inequívocas el apoyo que nos había manifestado en privado a nuestra política hacia ese país.

En el documento, Pascual reseñaba la difícil situación de Calderón y su partido seis meses después de las elecciones de 2009. El diplomático destacó que el primero parecía abrumado e inseguro acerca de qué ruta seguir para aterrizar sus proyectos, y anotó que las perspectivas del segundo eran sombrías.

Una vez liberado el cable (09MEXICO3423), algunos medios le dieron una interpretación equívoca y pusieron en el texto algo que Pascual no escribió: que los posibles precandidatos del PAN para 2012 eran grises y débiles. A fuerza de rebotar en los medios, esa traducción errada –o interpretación forzada, cuando menos– fue dada por buena, a tal punto que el sábado 19 de marzo, poco después de que se hizo pública la renuncia de Pascual, el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, festinó en su cuenta de Twitter: Leo que el Embajador de los EE.UU.A., en México, Carlos Pascual, renunció a su cargo. Ah cómo lo extrañaremos... Cinco minutos después, agregó: Tan buen ojo que tenía Pascual para evaluar a los precandidatos del PAN...

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks