a oficina del censo de Estados Unidos dio a conocer recientemente algunas cifras que revelan la importancia del crecimiento de la población de origen hispano en diversos estados, particularmente en California.

La población de California, el estado con mayor número de habitantes de Estados Unidos, en la década pasada creció sólo 10 por ciento, muy por debajo de lo esperado. El paulatino proceso de migración al este del país, donde la oferta de empleo es mayor y el costo de la vivienda es menor, es una de las principales causas.

Además este fenómeno tiene un efecto político: desde que California se fundó como estado, en 1850, es la primera vez que no aumentará el número de sus representantes en la cámara baja de Estados Unidos.

En contrapartida a esa disminución relativa de su población, el número de personas de origen hispano nacidas en el estado continúa creciendo por arriba de las de origen blanco y afroamericano. Los nacimientos entre estos segmentos de población cayeron 21 por ciento en la década pasada. Se redujo el número de personas que llegaron de México y Centroamérica en los recientes cinco años, no así la reproducción de quienes arribaron en los años previos.

Es de esperarse que el efecto político de este crecimiento beneficie las demandas de la población de origen hispano. Así sucedió con las minorías que llegaron al país en el pasado, como es el caso de irlandeses, alemanes y otros grupos étnicos procedentes de Europa. Para que este beneficio se concrete es necesario superar varios obstáculos; el principal de ellos es la apatía por la participación en los procesos electorales.

En las dos elecciones su votación aumentó y fue importante para definir las elecciones en varios estados. El principal fue California, donde la candidata a gobernadora fue derrotada, en parte por la multiplicación del voto hispano a favor del candidato demócrata. En el resto del país aún dista de equipararse, en términos relativos, con la de otras minorías.

Aún es prematuro saber si el incumplimiento de la promesa del presidente Obama y los demócratas de aprobar un cambio en la legislación migratoria, con el propósito de beneficiar a los trabajadores indocumentados y a sus familias, tendrá efecto negativo para ese partido en las urnas el próximo año. Lo seguro es que la multiplicación que de leyes inspiradas en la ley SB-1070 de Arizona que ya se preparan en varios estados debe ser un acicate para que el voto hispano se multiplique. El reportaje de Patricia Muñoz en estas mismas páginas da cuenta de los esfuerzos que en algunas áreas del Servicio Exterior Mexicano se hacen por atenuar los efectos de esa oleada de legislaciones. Un escenario posible es que a esos esfuerzos se sume un aumento en la actividad política de los grupos hispanos y de esa forma se neutralice el ataque a los derechos humanos de los trabajadores migrantes y sus familias. Vale ser optimista y apostar por ello.