Por ser un sector estratégico para el desarrollo del país y pudiéramos decir que hasta de seguridad nacional, Cuba determinó que las telecomunicaciones quedarán en manos del Estado, aun cuando por falta de recursos económicos en 1995 se permitió la inversión extranjera privada, aseguró José Luis Rodríguez, quien durante 15 años fue ministro de Finanzas y Planeación del gobierno cubano.

Es importante que el país tenga un control de las telecomunicaciones por todas las implicaciones que tiene el sector, no sólo la comunicación telefónica e Internet, sino todas las demás resultan vitales para el país, además de que son muy rentables, comentó Rodríguez, quien de paso por la ciudad de México ofreció una conferencia magistral en la embajada de Cuba sobre los cambios de estrategia y política económica adoptados en los últimos años en la isla.

Explicó que si Cuba permitió en un primer momento la participación de empresas extranjeras en las telecomunicaciones fue porque no había otra opción, y así Telecom de Italia se asoció con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa). Sin embargo, desde 2007 a la fecha el gobierno ya recuperó el control total del sector al recomprar las acciones de Telecom por 700 millones de dólares. De hecho, el ex ministro recordó que Etecsa tuvo primero participación de accionistas de México, luego de Canadá y por último de Italia.

Si bien reconoció que Cuba se ha abierto a la inversión extranjera, acotó que ésta no proviene de empresas asociadas a las grandes trasnacionales, y una vez excluidas las telecomunicaciones sólo se permite en tres sectores: la industria petrolera, turismo y minería (particularmente en la explotación del níquel), pero bajo ciertas condiciones, como el respeto al desarrollo sustentable que está definido en su Constitución.

Prueba de ello es que grandes proyectos turísticos o de infraestructura no se han autorizado debido a los costos o daños ecológicos que implicarían. Hemos rechazado por ejemplo inversiones extranjeras importantes en el níquel que irían contra la protección de un importante parque nacional, porque se tendría que levantar todo; también nos oponemos a la construcción de una presa en el río Toa, el más caudaloso del país, ejemplificó.

La propiedad privada, dijo, se permite pero bajo ciertos límites, para que no rebase la acumulación. Mencionó que también la agricultura se abrirá a la inversión extranjera, pero sin que implique cambios en la propiedad de la tierra y sin que puedan contratarse a más de diez personas por cada arrendatario.

Sobre el sector petrolero, indicó que empresas de Rusia, Brasil, China o Venezuela han comprado lotes marítimos para explorar el litoral cubano en busca de petróleo.

En el caso del turismo no hay tanta inversión extranjera directa como contratos de gestión y administración conjunta, es decir que la planta turística no es fundamentalmente extranjera sino de Cuba, pero la administración es extranjera. Hay grandes hoteles que son propiedad de Cuba, pero son administrados por cadenas extranjeras, señaló.

Rodríguez, quien ahora es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, explicó también la reducción de los empleos estatales, las medidas para fomentar la productividad laboral y la implementación de un sistema fiscal frente a un déficit comercial elevado y altos intereses por las deudas de corto plazo. que son las únicas que Cuba puede conseguir, y el bloqueo de Estados Unidos, que ha provocado pérdidas por 4 mil millones de dólares cada año.