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Ver día anteriorDomingo 20 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Visa al paraíso
E

logio de la congruencia moral. En estos tiempos de indefinición ideológica y oportunismo político resulta estimulante recordar (o descubrir) la figura de Gilberto Bosques Saldívar, quien de 1939 a 1942 fuera cónsul general de México en Francia y responsable de hacer cumplir los principios de una política exterior enérgica y soberana impulsados por el gobierno del general Lázaro Cárdenas.

Visa al paraíso (2010), documental histórico de Lillian Liberman, presentado primero en el Festival Internacional de Cine de Morelia y en Distrital, y en exhibición ahora en la Cineteca Nacional, ofrece un notable retrato de este personaje mediante las voces de algunos refugiados españoles, militantes republicanos de primera hora, que pudieron beneficiarse de las excepcionales oportunidades de asilo político brindadas por el régimen cardenista.

Hablan también en el documental los hijos de refugiados, la hija de Gilberto Bosques, y el propio ex cónsul, quien en 1992 y a la edad de cien años, muestra al ser entrevistado por Liberman una gran lucidez en su recuento y análisis de los hechos referidos. Comentan los sucesos figuras como Friedrich Katz, Leo Zuckermann y Luis Prieto Reyes, responsable de la asesoría histórica del documental.

Lo que se desprende desde las primeras imágenes es un cuidadoso trabajo de edición que aprovecha y organiza diversos archivos nacionales y extranjeros y, de modo espléndido, las imágenes filmadas por el propio Gilberto Bosques a principios de los años 40, imágenes de la partida de los refugiados españoles antifascistas de Marsella hacia ese largo periplo por Orán y Casablanca, que los conduciría hasta el puerto de Veracruz. Hay anotaciones preliminares que evocan a Bosques, joven de 17 años al inicio de la Revolución Mexicana, y su compromiso posterior con Cárdenas, a quien considera intérprete fiel de los ideales del movimiento armado; hay apuntes también de la efervescencia cultural vasconcelista y del afianzamiento de una educación laica y popular, con fuerte contenido social.

El rápido esbozo histórico culmina naturalmente en la clara postura antifascista del régimen y su solidaridad con la causa republicana española que, más allá de toda retórica, se traduce en el compromiso real de apoyar con armas al gobierno amenazado. A partir de este contexto el documental se centra en la actividad del diplomático Bosques Saldívar y en su esfuerzo por rescatar a miles de luchadores antifascistas refugiados y perseguidos en la Francia del mariscal Pétain, del asedio combinado de las autoridades locales y los militares nazis. A principios de 1939, más de 500 mil españoles buscan refugio en Francia, y un año después, ocupado ya el país por el ejército alemán y dividido su territorio por la línea Maginot, 25 mil de ellos y un número incalculable de judíos, comunistas y asilados de otras nacionalidades, encuentran en el consulado mexicano en Marsella, y en el compromiso moral de Bosques, la protección indispensable, un salvoconducto providencial, o lo que uno de los entrevistados llama, sin ambages, una visa al paraíso.

Destaca en el documental la recuperación fílmica que hace el cónsul mexicano de las actividades de los refugiados en los castillos franceses de Montgrand y de la Reynard, donde además de recibir una atención especial, apenas al alcance de los propios ciudadanos franceses, se organizaban diversos talleres y actividades culturales. Un enclave excepcional y libertario en la Francia colaboracionista. Bosques filmó estas actividades de modo impecable y la cinta refiere también las argucias y estrategias de que se valió para brindar ese bienestar inesperado a los perseguidos y su salvoconducto final en medio de la persecución política. Más allá del tono anecdótico y de la reunión posiblemente desbordada y reiterativa de los testimonios, la virtud capital de Visa al paraíso es su reflexión sobre una figura moral y un episodio histórico que muchos espectadores desconocen y que sin duda arroja, por contraste, una luz poco favorecedora a la política exterior que hoy practica el gobierno mexicano.

Visa al paraíso se exhibe en la sala 6 de la Cineteca Nacional hasta el 27 de marzo, en funciones de las 17:15 y 20:45 horas.