Más que un relato sicológico, Antricristo, película del reconocido cineasta danés Lars von Trier, es una visión profunda de las patologías mentales.

La cinta, que causó polémica en el festival de Cannes en 2010, ha recibido grandes elogios y críticas incisivas. En fragmentos, muestra la pena, el dolor, la desesperación que semejan las estaciones de un camino doloroso, viacrucis plagado de autoflagelaciones y aturdimiento sexual, hacia una redención imposible, según el crítico de La Jornada Carlos Bonfil.

Luego de una buena acogida en la 52 Muestra Internacional de Cine, Anticristo –decimosegundo trabajo del realizador conocido por Dogville y Dancer in the Dark, así como por ser fundador del movimiento Dogma 95– llega a la Cineteca Nacional, donde permanecerá todo el mes.

Maldad orgánica

Protagonizada por Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe, y calificada por Von Trier como la más importante de su carrera, Anticristo ofrece una reflexión sobre la maldad orgánica humana.

El filme es un sueño oscuro, pero carece de código moral específico, sólo lo que podríamos llamar elementos esenciales del guión, explica el danés. Es un viaje al infierno que arranca con un magnífico prólogo, imágenes en blanco y negro armonizadas por una maravillosa pieza musical de Haendel, que narran la trágica muerte de un pequeño mientras una pareja copula. Le siguen capítulos del viacrucis, ambientados en la cabaña de un bosque recóndito y brumoso que la pareja llama Edén, donde se encierran para intentar resolver sus conflictos internos.