Los muertos, en enfrentamientos entre ellos: versión oficial
Sábado 19 de marzo de 2011, p. 6
Saná, 18 de marzo. Francotiradores apostados en techos de edificios próximos a la Universidad de Saná dispararon hoy sobre las cabezas de cientos de personas que insistieron en exigir la renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh.
La agresión causó la muerte a 42 manifestantes que se vieron atrapados en una calle sin salida cercana al campus universitario, donde sujetos vestidos de civil atacaron a los opositores que portaban tarjetas amarillas como símbolo de advertencia al mandatario, quien asumió el poder en Saná en 1979, cuando este país de la península arábiga estaba aún dividido en dos territorios, la República Árabe de Yemen (norte) y la República Democrática Popular de Yemen (sur), cuya capital era el puerto de Adén.
Miles de hombres, concentrados desde las primeras horas en la plaza de la universidad, iniciaron la marcha hacia la zona donde se encuentra la sede presidencial luego de la tradicional oración musulmana de los viernes.
La confusión y los disparos se desataron cuando los opositores trataron de desmontar una barricada levantada por presuntos simpatizantes del gobierno para impedir el paso de la marcha.
Saleh, quien ha tratado de calmar las protestas anticipando que no se postulará para las elecciones presidenciales de 2013, anunció la imposición del estado de emergencia luego que circularon noticias de la matanza y aseguró que la policía local nada tuvo que ver en los hechos de hoy, en esta nación unificada en 1990.
Según el mandatario, la muerte de los manifestantes fue resultado de un enfrentamiento entre ellos, causado por infiltrados que portaban armas. Testigos dijeron que agentes policiales dispararon contra la multitud balas de goma y agua para dispersar la protesta en este país pobre de 20 millones de habitantes, de economía agrícola y escasa producción petrolera.
La declaración del estado de emergencia incluye, entre otras cosas, la prohibición de portar armas a toda persona y su establecimiento llevó a Yemen a ser el segundo país en la región que aplica medidas restrictivas a la población, después de la ocupación de Bahrein el lunes pasado por parte de Arabia Saudita.
Estados Unidos, en una declaración del presidente Barack Obama, pidió a Saleh que permita las manifestaciones pacíficas, mientras que la Unión Europea, en voz de su responsable de política exterior, Catherine Ashton, se declaró consternada
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Washington y Bruselas consideran a Yemen aliado contra Al Qaeda, uno de cuyos contingentes en la región posee un bastión en la frontera este de Yemen, limítrofe con Arabia Saudita.