Racistas, las capturas de indocumentados, dice la comisión humanitaria
Viernes 18 de marzo de 2011, p. 26
Washington, 17 de marzo. El gobierno del presidente Barack Obama mejoró el trato a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos, pero no lo suficiente, y éstos siguen sujetos a vejaciones. Asimismo, las detenciones de migrantes son una medida desproporcionada
que debía ser la excepción y no la regla, estimó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en un informe divulgado este jueves.
El extenso informe, realizado luego de visitas a seis centros de detención de migrantes y entrevistas con funcionarios, expertos, detenidos y familiares, da cuenta de las condiciones precarias de inmigrantes aprehendidos, la falta de acceso a abogados y las capturas discriminatorias basadas en la raza.
Hemos visto una cierta evolución con respecto al tratamiento de migrantes bajo la actual administración, pero nos parece que es aún claramente insuficiente
, dijo en teleconferencia el presidente de la CIDH, Felipe González.
Estados Unidos tiene el patrón de someter a detención a los inmigrantes sin documentos, lo cual debería ser una excepción en casos de estricta necesidad, y las personas reciben un trato como si estuvieran imputadas por delitos penales cuando en realidad no se trata
de esa situación, dijo.
La CIDH considera preocupante la ausencia de un sistema de detención auténticamente civil, con condiciones generales compatibles con dignidad y humanidad
.
Obama ha ratificado que su política es la de enfocarse en la detención y deportación de indocumentados que representen un peligro para la sociedad, lo que incluso le ha valido críticas de la oposición republicana que considera que es laxo en el cumplimiento de las normas migratorias. Casi 11 millones de inmigrantes sin papeles viven en Estados Unidos.
El gobierno de Obama facilitó las visitas a los centros de detenciones, que fueron obstaculizadas por su antecesor George W. Bush, reconoció la CIDH. Hemos visto cierto cambio
, dijo González. Los centros visitados en 2010 están ubicados en los estados de Arizona y Texas, fronterizos con México.
La comisión humanitaria no pudo concretar en cambio una visita a la cárcel del condado de Maricopa, Arizona, que maneja el sheriff Joe Arpaio, conocido desde hace años por sus masivas redadas en plena calle contra indocumentados, lamentó González.
La CIDH prometió dar un seguimiento de manera intensa
al tema para forzar un cambio en la política
de Washington.
Estados Unidos alega que se le dificulta cumplir las recomendaciones por su sistema de gobierno federal, pero la CIDH afirma que un país debe honrar sus obligaciones sin oponer las regulaciones internas como excusa
.
Según el informe, el gobierno federal trabaja con contratistas privados que manejan centros de detención sin la debida supervisión, por lo que las condiciones en esas facilidades son precarias.
Sólo 16 por ciento de los migrantes detenidos tiene representación legal y los niños, enfermos mentales y otras personas sin capacidad para defenderse por sí mismos no tienen la debida ayuda, según la CIDH, entidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) que vigila los derechos humanos. Los detenidos no reciben adecuada asistencia médica ni alimentación, indicó.