Sin aviso previo, la directora de la secundaria diurna número 37 Emiliano Zapata, Lucía Nieto Chávez, cerró la cocina escolar que por más de 15 años dio almuerzos a niños de escasos recursos que asisten al plantel, localizado en Villa Milpa Alta.

La profesora no sólo impidió el ingreso a los padres de familia que atienden el comedor, sino que con insultos, nos echó del centro escolar, denunciaron los afectados. La molestia de la directora, expusieron los progenitores, fue que el servicio del desayunador no le redituaba económicamente, además de que durante meses hostigó a los integrantes de la cocina e incluso, denunciaron, se robó las despensas que el DIF entrega mensualmente a cada uno de los padres del voluntariado como apoyo a su trabajo.

El pasado martes, al presentarse los padres al centro de estudios luego de que acudieron a reportar ante el DIF el hurto de víveres, Nieto Chávez les dijo: “‘a un ratero se le perdona, pero a un muerto de hambre y mal agradecido no’, y en seguida nos echó de la escuela”, expusieron.

Contra la directora del plantel educativo, el primero que se construyó en Villa Milpa Alta, pesan varias denuncias por abuso de autoridad, agresión a estudiantes y profesores, además de los negocios que realiza en la institución. Sin embargo, pese a las quejas, hasta el momento no ha tenido ninguna sanción; ella se dice intocable por su relación con la maestra Elba Esther Gordillo, afirman los afectados.

Los padres no están seguros de dicho vínculo con la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero les llama la atención que ante las denuncias, Nieto Chávez se mantenga en la escuela, la única diurna de la localidad, a la cual asisten poco mas de 800 alumnos sólo en el turno matutino, provenientes de los diferentes poblados de la delegación Milpa Alta.

Sobre el negocio que aseguran ha hecho al interior del plantel, padres de familia señalaron que, además de tener la cooperativa de la escuela, vende los uniformes deportivos, y ningún alumno puede comprar o mandarlo hacer en otra parte, porque es castigado.

También organiza excursiones costosas, exige libros que se venden en la escuela al doble del precio que tiene en otros lugares y prepara conciertos por los cuales cada alumno debe pagar 50 pesos y a quien no asista le bajan puntos.

Los señalamientos de padres, maestros y alumnos están documentos y han sido presentados en diversas instancias de la Secretaría de Educación Pública. Han acudido a la coordinación sectorial de educación secundaria, al órgano interno de control en la administración federal de servicios educativos del Distrito Federal, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y hasta instancias judiciales sin que haya acciones en contra de la profesora.