El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, aseguró que lograr el imperio de la ley no es un reto a corto plazo, por lo que consideró comprensible la frustración de los mexicanos que han resultado afectados por la lucha contra el crimen organizado.

Durante su participación en la décima convención nacional de la Cámara Americana de Comercio en México (Amcham, por sus siglas en inglés), el diplomático destacó que de acuerdo con una encuesta de la empresa Ulises Beltrán y Asociados, 73 por ciento de los consultados piensa que el gobierno de México debe continuar confrontando directamente a las organizaciones de narcotraficantes.

Sin embargo, Pascual reconoció que sólo 21 por ciento de quienes respondieron al sondeo consideran que la estrategia implementada por el gobierno federal ha sido exitosa.

Su frustración es comprensible. Lograr el imperio de la ley no es un reto a corto plazo. Pero los que se ven afectados exigen resultados ahora. Quieren saber por qué la violencia ocurre y cómo salir de esta situación, dijo.

Agregó que la experiencia estadunidense de finales de la década de los 80 y en los 90, cuando muchas ciudades de Estados Unidos –como Nueva York y Los Ángeles– enfrentaban altas tasas de criminalidad, demostró que la solución pasa por incrementar las labores de inteligencia y un marco legal fuerte para procesar a los criminales.

Debemos ser capaces de poner a los criminales tras las rejas y mantenerlos ahí para lograr el éxito, sostuvo.

Si en EU se ha podido abatir la criminalidad, aquí también

Sin embargo, adelantó que el camino requiere ajustes conforme los criminales reaccionan a las tácticas de aplicación de la ley, pero añadió: Hemos visto los cambios en ciudades como Nueva York y en regiones como Sicilia, en Italia. Si se pudo hacer ahí, también se puede hacer aquí.

El embajador estadunidense en México destacó que el diseño de operaciones efectivas requiere de coordinación, confianza y planeación entre los órganos de inteligencia y las fuerzas de la ley que llevan a cabo los operativos, además de que se debe ofrecer a los jóvenes alternativas para evitar que se vean inmersos en una vida de crimen.

Respecto del tema de la migración, otro de los caminos que muchos mexicanos siguen en busca de mejores perspectivas, Pascual destacó que la política estadunidense al respecto es una responsabilidad federal, aun cuando ciertos estados del país vecino intenten tomar el asunto en sus propias manos.

En el discurso entregado a los medios de comunicación por el equipo de prensa del diplomático estadunidense se lee un párrafo (que Pascual omitió pronunciar) en el que advertía que la reforma migratoria es un tema inevitable.

El movimiento demográfico y el tiempo nos llevarán inexorablemente hacia una reforma migratoria. Será mejor para todos nosotros (que) trabajemos para lograrla, en vez de esperar a que se haga ineludible, decía el discurso impreso.

En alusión a la polémica desatada en semanas recientes por las declaraciones del presidente Felipe Calderón en Washington, en el sentido de que las críticas de Pascual al desempeño del Ejército Mexicano habían dañado la relación entre ambos países, el diplomático dijo, citando un discurso del mandatario estadunidense Barack Obama, que la relación entre Estados Unidos y México no se mide sólo por la camaradería entre dos presidentes.

Ante empresarios estadunidenses establecidos en México, Pascual se refirió también al anuncio hecho hace dos semanas por los presidentes Calderón y Obama respecto a la resolución de la disputa por el transporte transfronterizo.

“Un equipo estadunidense está en México en este mismo momento trabajando para finalizar el acuerdo (…) O cambiamos el modo en que funciona nuestra frontera común para mantenernos al ritmo de un mundo cambiante, o sacrificamos parte de la ventaja competitiva que tenemos gracias a la integración México-Estados Unidos”, advirtió el diplomático estadunidense.

Al término de su ponencia, el embajador de Washington abandonó el recinto sin aceptar preguntas de los reporteros.