Sábado 12 de marzo de 2011, p. 27
Wellington, sábado 12 de marzo. Después del tsunami que azotó a Japón, países de las costas del Pacífico se declararon en alerta ante la posible llegada de grandes olas, lo que provocó la activación de comités de emergencia, restricciones marítimas, suspensión de clases y evacuaciones en algunas zonas.
Hawai y la costa oeste de Estados Unidos fueron los primeros en sentir el arribo de olas de este lado del Pacífico, de hasta un metro de altura en California y Oregon.
Una persona murió en la localidad de Brookings, en Oregon, mientras otra está reportada como desaparecida en la población de Crescent, también en Oregon.
Crescent fue uno de los lugares más afectados con olas de hasta casi 2.5 metros que arrastraron a cuatro personas, informó la televisora local KDRV-TV.
Según el sitio de Internet WeatherSpace.com el tsunami arrasó con más de 365 metros de playa. Todo el poblado de Crescent fue evacuado y se cerró su acceso por autopista.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró emergencia los condados de Santa Cruz, San Mateo, Humboldt y Del Norte, donde en conjunto el oleaje destruyó dos marinas y embarcaderos, unos 55 botes en su mayoría de flotas pesqueras, e inundó instalaciones y estacionamientos.
El agua arrastró a cuatro personas, pero tres lograron nadar y sobrevivir, mientras la otra es buscada por guardacostas.
En América Latina, las autoridades emitieron alerta preventiva.
El Salvador declaró alerta preventiva, por lo que fueron suspendidas las clases en escuelas cercanas a la costa.
Además, en Nicaragua un sismo de 4.5 grados Richter y otros de menor intensidad se registraron en el litoral pacífico sin que se reportaran daños.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que los efectos del maremoto serían como los de una marejada
, y que según los cálculos una primera ola sería de 2.45 metros.
Horas antes, el mandatario declaró el estado de excepción y ordenó el desalojo de unas 300 mil personas en la costa del Pacífico.
En Perú, el acceso al mar quedó prohibido, y en todos los puntos costeros del país fueron puestos en marcha precautorias.
En Chile, que el año pasado fue azotado por un terremoto de 8.8 grados y un tsunami, el gobierno decretó alerta, informó el presidente Sebastián Piñera.