En la celebración del centenario del Día Internacional de la Mujer, legisladoras, activistas de derechos humanos, representantes de organizaciones civiles y campesinas exigieron poner alto a los feminicidios y denunciaron que aún prevalecen prácticas discriminatorias y un clima de violencia hacia el sector.

En la Cámara de Diputados, legisladoras señalaron que poco o nada hay que celebrar en este día, además de que condenaron la omisión oficial que alienta la violencia institucionalizada, como muestra el alarmante número de feminicidios cometidos en el país, o la manipulación de la ley electoral para que diputadas electas dejen su lugar en el Congreso a un hombre. En contraparte, en el mismo recinto de San Lázaro, los diputados chacoteaban en sus curules exigiendo un Día Internacional del Hombre, para estar parejos.

Si la sesión empezó con un minuto de aplausos para las mujeres, continuó con un minuto de silencio por Marisela Escobedo, Susana Chávez, Josefina Reyes y Flora Alicia Gómez López, de Chihuahua; Beatriz Cariño, Beatriz López Leyva y Cleriberta Castro, de Oaxaca, así como Marcella Sali Grace y muchas más que fueron brutalmente asesinadas.

El Día Internacional de la Mujer en San Lázaro siguió desde la tribuna con recriminaciones misóginas y políticas lanzadas por diputadas hacia diputadas, cuando la priísta, Carolina Viggiano acusó a las legisladoras que advierten sobre el creciente número de mujeres asesinadas en el estado de México, de utilizar ese argumento no por iniciativa propia, sino seguramente sugerido por los hombres.

Sólo coincidieron en que la comisión especial para conocer y dar seguimiento a las acciones que han emprendido las autoridades competentes en relación con los feminicidios ocurridos en México, presente una iniciativa para tipificar como delito grave este ilícito y establecer las bases para su investigación.

En tanto, cientos de integrantes de organizaciones civiles conmemoraron el día con una macha del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, en demanda de justicia para las víctimas de feminicidio y en solidaridad con los Reyes Salazar y familiares de las activistas asesinadas por su defensa de los derechos de las mujeres, como Susana Chávez, Marisela Escobedo y Elvia Zúñiga, así como contra la persecución hacia Malú García Andrade.

Entre las protestas, estuvo también la encabezada por Yndira Sandoval, quien desde ayer empezó un ayuno en la puerta principal de la Secretaria de Gobernación. Aunque es integrante del PRD, dijo que su protesta es personal y que se manifiesta ante esta secretaría en repudio a la militarización que vive el país, en una estrategia fallida contra el crimen organizado.

Afuera de una tienda de campaña, instalada sobre la calle Abraham González, pidió a las autoridades información veraz acerca de los feminicidios.

José Jacobo Femat, presidente de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares, aseguró que en el campo mexicano hay 13 millones de mujeres víctimas de un sistema económico y político de discriminación, explotación y exclusión.

En la UNAM se reveló que la presencia de la mujer en las actividades académicas de la máxima casa de estudios se incrementó 3 por ciento de 2000 a 2011.