Nagisa Oshima: la evolución de un maestro es el título del ciclo que la Cineteca Nacional ofrecerá del 11 al 20 de marzo, en el que se podrán ver 10 películas filmadas en 16 y 35 mm, que abarcan el periodo menos conocido y más radical del realizador japónes.

Conocido en el mundo por el polémico filme El imperio de los sentidos (Japón-Francia, 1976), Nagisa Oshima es uno de los cineastas japoneses que durante los años 60 y 70 fueron punta de lanza de una nueva generación comprometida con una sociedad en pleno cambio.

Realizado con el apoyo de la Fundación Japón en México y la Cinemateca Argentina, el ciclo abarca la primera etapa de Nagisa Oshima como director, antes de obtener el reconocimiento en su país y el extranjero. Con estudios en derecho, desde muy joven Oshima defendió las causas sociales; fue líder estudiantil y organizador de manifestaciones populares, involucrándose incluso en la firma del Pacto de Seguridad acordado entre Japón y  Estados Unidos.

Fue su postura ideológica la que marcó el resto de su trabajo, en el cual siempre deja ver sus inquietudes y motivaciones personales: la radicalidad política, en primer lugar, y los tabúes relacionados con el sexo y la violencia social.

La ceremonia (Japón, 1971), saga multigeneracional sobre las tradiciones y el orden patriarcal de la familia japonesa, abrirá la retrospetiva, que exhibirá además La calle del amor y la esperanza (Japón, 1959), drama social realista que marcó el debut cinematográfico del realizador, quien aborda la relación entre la pobreza y el crimen, así como la difícil interacción entre ricos y pobres. Le sigue Cruel historia de juventud, filme dirigido por Oshima cuando tenía 28 años de edad, en 1960, en el deja ver su fascinación e interés por la sexualidad e historias en las que los jóvenes rebeldes son parte fundamental de la trama.

De 1960 también se proyectará Noche y niebla en Japón, última cinta que realizó con la casa productora Shochiku, con la que rompió relaciones para fundar su propia empresa, Sozosha, en la que produjo sus obras más importantes.

Esta etapa de productor y director también estará presente en el homenaje con películas como El entierro del Sol (Japón, 1960), Diario de Yunbogi (Japón, 1965) y Tratado de canciones obscenas japonesas (Japón, 1967), en las que de nueva cuenta Oshima aborda el tema sexual pero ahora como herramienta de denuncia ante la falta de libertad de expresión en su país.

La retrospectiva incluirá Tres borrachos resucitados (Japón, 1968), que muestra el lado más experimental del director.