La Casa del Cine, espacio recién inaugurado en el Centro Histórico que promueve la enseñanza y la exhibición del séptimo arte, reconoció ayer a 11 jóvenes que con cámara, teléfono celular o cualquier artefacto que videograbara plasmaron a personajes de esa zona de la ciudad de México en un corto de tres minutos, en lo que fue el primer concurso que este recinto organizó. A tres de los vencedores, de los 94 que participaron, les dieron una cámara de video pequeña, y a los restantes, una beca para estudiar en los diversos y variados talleres que se ofrecen en el lugar.

En nuestras vidas no ocurren las imágenes que los medios de comunicación nos recetan. Las vidas disímbolas de los habitantes de la ciudad transcurren fuera de ese formato, que se quiere percibamos como realidad; es decir, que nuestra identidad es otra, dijo Lorenza Manrique, directora de arte y diseñadora de producción (quien ha colaborado con realizadores como Felipe Cazals y Armando Casas), jurado del concurso.

En opinión de Manrique, el concurso permite dialogar en torno a imágenes no explicadas, que se pueden sentir. Iniciativas como ésta muestran que en nuestras vidas no suceden esas imágenes que la publicidad nos vende. Estos certámenes sirven para la creación de la identidad. Hacer arte es la creación de ésta. Con este espacio (La Casa del Cine) se recupera el diálogo de esta sinonimia. Por eso, el cine es una manera fuerte de compartir identidades, de ser consciente del otro y de uno mismo. Es fundamental hacer estos esfuerzos en los que cada quien puede mostrarse y sembrar semillas de cultura, que provocan diálogos que no tienen que ver con las estrellas del cine, sino con la creación de las imágenes desde adentro.

Para Jorge Sánchez, director de La Casa del Cine –que abrió sus puertas el pasado 21 de enero y en cuya sala digital de 43 butacas se exhiben películas de calidad a bajo precio–, con este concurso se hizo una geografía humana del centro de la ciudad, la cual habría de contarse de la mejor manera. La idea también es que se conforme una red entre estos participantes. Creo además que esto es para ejercer nuestro derecho a ser ciudadanos libres y creativos por la vía de las imágenes y los sonidos. Y compartirnos los unos a los otros.

Sánchez, productor de cintas como Danzón y El coronel no tiene quien le escriba, fundador de la distribuidora Zafra y Cinematográfica Macondo y ex director del festival de cine de Guadalajara, comentó que La Casa del Cine surge de la necesidad de sobrevivir haciendo lo que nos gusta. Sabemos que sí tenemos público para el cine mexicano, por lo que quisimos, con este espacio, compartir a partir de la experiencia de realizar en el primer cuadro de la ciudad funciones públicas, las cuales detonaron en este proyecto, que es otra forma de acercarse al cine. Se trata de aprovechar los nuevos medios, como el video; sólo hay que romper los mitos de que éste es imperfecto. Es un instrumento más. En La Casa... tenemos una videoteca con 100 títulos con derechos liberados, para ser exhibiciones sin fines de lucro. A partir de esto nos acercamos con otros centros culturales de la zona y descubrimos que hay 18 lugares que tienen cineclubes formales e informales.

Por su parte, María Novaro, realizadora de películas como Lola, La buenas hierbas, Danzón y Sin dejar huella, y docente del recinto, opinó: He dado clase en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y tengo que decir que la oferta académica ha bajado: de alrededor de 500 sólo se aceptan 15 alumnos. He visto año tras año a jóvenes que tienen ojo, vocación y ganas de registrar y hacer sus propias imágenes, pero no tienen oportunidad de externarlas. Es lo que sucede en el país: no hay oportunidad para los jóvenes, a quienes no se les forma. Lo que queremos es enseñar, estimular, hacerles ver que con nuevas tecnologías pueden hacer desde videos hasta películas.

Oportunidad para externar ideas

Novaro agregó que se “le puso la carne de gallina con comentarios de los participantes, tales como ‘gracias, esperaba esta oportunidad’, ‘gracias por mostrarle a alguien lo que estoy grabando y donde ponerlo’. Intercambiar, ir a talleres, experimentar, es lo que hará un nicho como éste, que servirá para curarnos de lo que no sucede en otros ámbitos”.

Se trata de crear, como lo indican los promotores de La Casa del Cine, un espacio físico y virtual para compartir experiencias en las nuevas maneras de organizarse para hacer cine y audiovisuales en México, por medio de la tecnología digital de punta.

Para ver los videos y conocer más detalles del recinto, ingresar a www.lacasadelcine.mx