La Habana, 5 de marzo. La fiscalía cubana culpó al estadunidense Alan Gross de ejecutar en la isla un proyecto subversivo para intentar derrocar a la revolución, mientras que el acusado se declaró utilizado y engañado por la empresa que lo contrató, por cuenta del Departamento de Estado estadunidense, dijo un comunicado oficial.

El comunicado es la única versión disponible hasta ahora del contenido del juicio oral contra Gross, que concluyó este sábado tras dos jornadas y quedó listo para sentencia.

Según esa versión, los fiscales culparon al estadunidense, de 61 años de edad, de emplear sofisticadas tecnologías para intentar crear redes de comunicaciones clandestinas o fuera del control del gobierno de Cuba.

El comunicado agregó que el plan tenía como blancos esenciales el sector juvenil, centros universitarios, culturales, religiosos, grupos femeninos y raciales.

Gross acusó a la empresa estadunidense para la que trabajaba, Development Alternative, de haberlo puesto en peligro y conducirlo a su situación actual, de arruinar la vida y la economía de su familia, añadió la nota oficial.

La fiscalía pidió inicialmente 20 años de cárcel para el acusado. Su abogado estadunidense Peter J. Kahn, quien estuvo presente en la audiencia, junto con la esposa de Gross y personal diplomático de su país, difundió en Washington una declaración escrita en la cual pidió con todo respeto a las autoridades cubanas que pongan en libertad inmediatamente a Alan Gros, teniendo en cuenta el tiempo ya cumplido.

Gross fue detenido el 3 de diciembre de 2009, por lo que lleva 15 meses en prisión. Se le imputa el delito de actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado, previsto con una pena de 10 a 20 años de prisión o la muerte.

El comunicado oficial indicó que Gross habló al tribunal, respondió preguntas de la fiscalía y de la defensa, que participaron 10 testigos y se presentaron pruebas materiales y documentales.

Muere amigo del Che

A los 88 años de edad murió este sábado aquí el argentino Alberto Granado, amigo de juventud de Ernesto Che Guevara, con quien recorrió América Latina en motocicleta en 1952. El realizador brasileño Walter Salles se basó en esa aventura para su filme Diarios de motocicleta.

Desde 1961, Granado residía en Cuba, donde trabajó en su especialidad, la bioquímica.