El Cairo, 5 de marzo. El levantamiento popular que culminó con la renuncia del presidente egipcio Hosni Mubarak el 11 de febrero se anotó un nuevo triunfo al conseguir que un tribunal penal abriera este sábado un juicio contra el ex ministro del Interior Habib Adli, acusado de lavado de dinero y especulación.

En un ambiente marcado por la búsqueda de nuevos espacios de expresión pública, los trabajadores del Canal de Suez se fueron este sábado a la huelga para exigir mejores salarios y la actualización de las promociones en el escalafón laboral.

En el ámbito religioso, la organización salafista (musulmanes ortodoxos) Gama’a al Islamiya informó haber realizado reuniones en diferentes mezquitas, después de 15 años de ausencia o bajo perfil, a causa de las restricciones impuestas por Mubarak, en una época en que se vincularon con actos violentos contra el Estado egipcio.

Mientras tanto, en Yemen el presidente Alí Abdulá Saleh –un aliado de Estados Unidos en el combate contra la red fundamentalista Al Qaeda en la montañosa frontera con Arabia Saudita, en el sur de la península arábiga– reiteró su negativa a dejar el poder antes del final de su mandato legal en 2013.

Sin embargo, las constantes manifestaciones que los opositores han realizado desde enero pasado lograron sumar nuevos simpatizantes con la dimisión del viceministro de la Juventud y los Deportes, Hashid Abdulá Ahmar, secundando al jeque tribal Ali Ahmad Omrani, quien renunció a su puesto en el Parlamento.

También en respuesta a manifestaciones populares contra la corrupción oficial –pero no contra la monarquía absoluta–, el sultán Qabús destituyó al ministro del Gabinete Real, Alí Ben Majid Maamari, y al ministro de Asuntos del Palacio, Alí Ben Humud Busaidi.