Cuernavaca, Mor., 1º de marzo. Crecerá el número de mexicanos que viven en condiciones de pobreza, particularmente alimentaria, reconoció Salvador Escobedo, coordinador nacional del Programa Oportunidades.

Dijo que aunque las estrategias sociales contribuyen a revertir esta problemática, muy probablemente su efecto será superado por la crisis económica.

De cualquier manera –apuntó–, sin las transferencias económicas del gobierno federal por medio de Oportunidades, la cantidad de pobres alimentarios habría aumentado en 2.6 millones de personas.

Al participar en el 14 Congreso de investigación en salud pública, conocimiento y compromiso para el bienestar, el funcionario recordó que entre 1996 y 2006 la tendencia de la pobreza alimentaria en el país se había reducido de 21.4 a 13.8 por ciento, pero a partir de 2008 se observó un incremento, para ubicarse en 18.2.

En cuanto a la pobreza de patrimonio, pasó de 53 por ciento en 1996 a 42.6 en 2006, y se elevó a 47.4 en 2008. En tanto, la pobreza de capacidades pasó de 29.7 a 20.7, y luego subió a 25.1 por ciento en los mismos años. Ahora se espera que la tendencia siga a la alza, apuntó.

Durante el simposio Persistencia de la desnutrición en la población más pobre del país: ¿qué ajustes requiere la política?, también se presentaron los indicadores de esta problemática que todavía afecta a 1.6 millones de niños menores de cinco años que tienen talla baja en relación con su edad. Al mismo tiempo, persiste en el país la deficiencia por anemia, que padece 36 por ciento de la población infantil.

Sobre este último rubro, Escobedo dijo que se han logrado avances, al bajar la prevalencia de anemia de 61 a 35.8 por ciento, pero lamentó que no esté en 8 por ciento, que es la media en las naciones desarrolladas.

“Lo peor –dijo– es que gastamos en ello; así que démonos de topes porque no estamos en 8 por ciento”.

Antes, Juan Rivera Dommarco, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), advirtió sobre la importancia de abatir la desnutrición infantil, pues es condicionante de deficiente desarrollo cognitivo, mayor enfermedad y muerte en esa etapa y retardo en el crecimiento, y en la edad adulta causa de enfermedades crónicas.

Llamó la atención sobre la prevalencia de la desnutrición en zonas indígenas. Aunque ha habido un descenso importante –señaló–, pues a escala nacional el problema se redujo a la mitad, en las comunidades rurales y más pobres de la República, 30.8 por ciento de sus niños todavía están desnutridos.

Incluso –destacó–, entre los beneficiarios de Oportunidades, que reciben apoyos económicos y suplementos alimentarios, 19.4 de los niños no indígenas presentan talla baja para la edad, porcentaje que se eleva a 33 en las zonas nativas. La prevalencia de anemia es de 31.4 por ciento en los primeros y 35 por ciento en los segundos.

Sobre el tema, Salomón Chertorivski, titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, presentó los resultados del programa piloto realizado en los estados de Tabasco, Oaxaca, Puebla y Veracruz, con 850 niños y 300 mujeres embarazadas, en quienes se comprobó que el consumo de un suplemento nutrimental con hierro, zinc y vitaminas A y C redujo 10.8 por ciento la prevalencia de la talla baja y 6 por ciento la anemia en los infantes.

Destacó que ha sido útil la papilla distribuida en los años pasados por medio de Oportunidades, pero se diluye en la familia. A partir de los resultados del programa piloto –dijo–, todavía será necesario establecer los mecanismos que garanticen que el polvo vitaminado será utilizado por los niños, y en el caso de las mujeres, que tomarán una tableta diaria de hierro, con la cual también se tuvieron avances en revertir la anemia.