La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó el asesinato de tres familiares de la activista Josefina Reyes, cometidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y dijo confiar en que los autores del crimen sean aprehendidos con la misma celeridad que el presunto homicida del agente estadunidense Jaime Zapata.

En entrevista, Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la CEM, señaló que estos crímenes indican que urgen soluciones profundas, así como reconocer que se necesita ayuda de Estados Unidos en materia de inteligencia policial, porque el país vecino está involucrado hasta las narices en el problema de la inseguridad, no sólo por ser mercado de destino de enervantes, sino también por el tráfico de armas hacia México.

Aparte, el recién nombrado obispo auxiliar de la arquidiócesis de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, señaló que el triple asesinato es algo muy grave y llamó a las autoridades encargadas de la procuración de justicia a perseguir, investigar y castigar a los autores de esos homicidios, los cuales son condenables y contrarios a la naturaleza humana, y no se deben tolerar.

Entrevistado en la antigua Basílica de Guadalupe, Lira Rugarcía indicó que no hay que seguir permitiendo que en México se atente en contra de la vida humana ni que sea la impunidad la única respuesta a esos crímenes.

Criticó que en medio del clima de inseguridad del país, los defensores de derechos humanos sean agredidos de esa forma.

Corral consideró que el apoyo estadunidense en materia de inteligencia no es perder soberanía, y remarcó que es necesaria la colaboración porque el problema es conjunto, y en conjunto hay que resolverlo.

Aclaró que el respaldo sólo debe ser compartiendo información, y no con la entrada de militares estadunidenses a México.